República Centroafricana: contribuyendo a la educación de niñas y niños desde la primera infancia

16 octubre 2020|Mélanie, maestra de preescolar en la República Centroafricana

Mélanie has been working as a pre-school teacher in the area around Bambari, Central African Republic, since 2016. (Jesuit Refugee Service)

 

Mélanie, de 49 años, solía vender frutas en el mercado de su ciudad natal, Bambari, en la República Centroafricana. Se preparó como maestra de preescolar cuando el JRS puso en marcha su proyecto de educación infantil en la zona en 2016, y lleva trabajando con nosotros desde entonces.

La parte más gratificante de mi trabajo es tener la alegría de colaborar en la educación de las niñas y los niños de mi país desde la primera infancia. Me hace feliz verlos comenzar sus primeras letras a mi lado y cómo crecen para llegar aún más lejos.

Estoy feliz de estar entre quienes participan en la construcción de un mejor futuro para mi país y también muy satisfecha con la cantidad de niñas matriculadas en preescolar; poco a poco, van habiendo más niñas que niños. El año pasado en mi clase tuve 26 niñas y 23 niños. ¡Esto es muy alentador!

La Covid-19 ha obstaculizado nuestra labor. Con las niñas y niños en casa, no pudimos continuar con nuestro programa educativo como antes. Esta pandemia lo bloqueó todo y la vida misma se volvió difícil.

Tuve la suerte de formar parte del equipo de Radio Escuela [de l’École à la Radio] en el programa que puso en marcha el JRS con el apoyo de Education Cannot Wait (ECW). Este  fondo ayudó a gestionar la crisis y a seguir enseñando a muchos más niños y niñas de lo habitual. Estaba acostumbrada a dar clase a entre 40 y 50 alumnos, pero con L’École à la Radio estoy enseñando a varios miles. Creo que este programa me ha ayudado personalmente a prosperar como maestra y a seguir sintiéndome útil para los más pequeños en medio de la crisis del coronavirus.

En mi opinión, la educación es muy importante porque moldea la conciencia y ayuda a formar a las personas para que sean útiles a la sociedad. La educación ayuda al desarrollo del país. Reduciendo la tasa de analfabetismo, tendremos menos problemas porque se preparará a las personas para que respeten la vida y la comunidad.

En general, la educación preescolar está muy abandonada en la región. El estado aún no ha desarrollado un buen sistema de apoyo para los maestros de preescolar. La mayoría recibe poco o nada del estado. Como resultado, muchos prefieren buscar otras actividades o trabajar en escuelas privadas.

Como docente me encuentro con algunos problemas, como cuando desaparecieron los kits pedagógicos para el centro de formación preescolar. Además, algunos padres no pagan las tasas escolares para mantener a los maestros y, más de una vez, los padres me han insultado porque no querían pagar y no son conscientes de la importancia de la educación preescolar.

Las comunidades deben comprender y reconocer que nosotros [los maestros de preescolar] aportamos mucho a la educación de sus hijos. Este proceso de formación comienza en la primera infancia y la comunidad debe entender que la educación es asunto de todos y no solo de los docentes.

En el futuro me gustaría disponer de material didáctico adecuado. En mi escuela, nos faltan elementos apropiados para juegos infantiles; lo necesitamos para un mejor desarrollo de los niños en las áreas de juego. Los maestros y las maestras  de preescolar también deben estar formados para cuidar mejor a los niños. Mi escuela y otras de preescolar son inseguras y  vulnerables a robos. Nos gustaría tener una valla hecha de materiales duraderos para mayor seguridad, y no una de tablas o bambú.