Líbano: Aprendiendo a soñar de nuevo

10 diciembre 2019

Los niños refugiados muestran el trabajo realizado en su clase de arte. (Kristóf Hölvényi/Servicio Jesuita a Refugiados)

Obligada a huir de Siria, tras el estallido de la guerra hace ocho años, la ya adolescente Gharam sigue deseando regresar a su país. Al igual que otros niños y niñas sirios refugiados en el Líbano, a ella le resulta difícil integrarse, ya que el idioma y otros obstáculos son barreras para su educación e integración. Sin embargo, en la escuela del Servicio Jesuita a Refugiados a la que asiste, Gharam ha descubierto un oasis acogedor.

«Cuando voy a la escuela – explica Gharam – es como si estuviera en otro mundo, un lugar hermoso y maravilloso.

«Allí, mis maestras y amigas me ayudan a olvidar la tristeza y el enfado por la guerra», añade.

La escuela, un espacio seguro para los refugiados

Las escuelas del JRS ofrecen un lugar seguro en el que los estudiantes refugiados como Gharam recuperan la sensación de normalidad y pueden continuar con su educación. En medio de las dificultades y las heridas del desplazamiento, nuestros estudiantes descubren que, de nuevo, pueden soñar con un futuro.

«Mis maestros iluminan mi futuro y me guían», dice Nour Sawan, una estudiante del JRS en Kafr Zabad. «Me animan a seguir con mis estudios y ser alguien especial en la comunidad».

Sea una persona especial en la comunidad del JRS. Haga una generosa aportación para ayudar a mantener viva la esperanza en estos jóvenes corazones. Haga su acto de fe, esperanza y amor en estas fiestas haciendo un donativo hoy mismo.