83 representantes del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), incluidos los directores nacionales, regionales y de proyectos, se reunieron del 24 al 29 de junio cerca de Roma, Italia, para discernir y debatir el nuevo marco estratégico, que guiará a la organización a partir de 2025.

La semana comenzó con sesiones productivas de toma de perspectivas en las que los países expusieron sus servicios y proyectos mutuamente. El grupo se animó con diálogos interesantes y perspectivas enriquecedoras.

Un momento crucial fue la visita del padre general Arturo Sosa el miércoles 26 de junio. El padre general animó al grupo y destacó la importancia de actuar juntos en la práctica como un solo cuerpo inspirado por los carismas de la Compañía de Jesús.

El padre Sosa identificó dos grandes retos a los que se enfrenta el JRS: construir una identidad compartida entre sus integrantes y desarrollar estrategias para acoger e integrar a los refugiados. Subrayó la importancia de programas sistemáticos para alimentar esta identidad compartida. También destacó la necesidad de estrategias a varios niveles para promover la aceptación e integración de los refugiados y otras personas desplazadas por la fuerza, contrarrestando las tendencias ideológicas y la desafección política que obstaculizan estos esfuerzos.

El padre general pidió una dedicación continua a la misión del JRS, enraizada en los carismas jesuitas de reconciliación y justicia. Expresó su gratitud por el compromiso de los líderes y equipos del JRS y por sus continuos esfuerzos para acompañar a los desplazados forzosos en todo el mundo: «El debilitamiento de los actores internacionales, la crisis de los regímenes democráticos y la desafección política necesitan ser contrarrestados por ideas y acciones que valoren a los seres humanos. El JRS tiene experiencia y posibilidades de contribuir», dijo. El padre Sosa continuó su conversación con los participantes, respondiendo a las preguntas y comentarios que le planteó un selecto panel de representantes del JRS de diversos países.

El jueves 27 de junio, el grupo vivió otro momento clave cuando dos amigos y colaboradores refugiados se unieron a un panel de discusión para compartir sus experiencias personales.

Uno de los aspectos más sorprendentes de la conversación fue el énfasis en el poder de escuchar. Nuestros compañeros refugiados nos recordaron que, con demasiada frecuencia, se toman decisiones en nombre de los refugiados sin tomarse el tiempo necesario para comprender sus necesidades y aspiraciones. Creando espacios para que los refugiados compartan sus historias e implicándolos como socios, podemos trabajar juntos para encontrar soluciones innovadoras y sostenibles.

En general, la mesa redonda subrayó la importancia de dar prioridad a la igualdad de género, la salud mental y el apoyo psicosocial (SMAPS), las oportunidades económicas y la colaboración para atender las necesidades de los refugiados y fomentar su inclusión en las comunidades de acogida.

A medida que se desarrollaban las conversaciones, se hizo más evidente que debemos seguir desafiando las ideas preconcebidas y los prejuicios sobre los refugiados y aprovechar las oportunidades para que los refugiados participen en nuestras políticas y diseños de programas. Las iniciativas dirigidas por refugiados están realizando algunas de las labores más eficaces en primera línea, junto con nuestro personal y las comunidades a las que servimos. Sus experiencias vividas son esenciales para informarnos sobre nuestro trabajo pasado, presente y futuro.

Aunque la reunión ha terminado, los representantes del JRS de todo el mundo seguirán recorriendo juntos el camino hacia el nuevo Marco Estratégico. El discernimiento, las conversaciones y los debates de la semana han aportado importantes contribuciones que servirán de base para las fases restantes del Proceso del Marco Estratégico.