Camerún: formación de formadores, piedra angular de la educación

24 enero 2020

En 2019, 3,7 millones de niños y jóvenes refugiados seguían sin escolarizar en todo el mundo, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Para lograr la paz, la justicia y la integración, hay que tener en cuenta el papel crucial que desempeña una educación inclusiva y de calidad en la rehabilitación, la autosuficiencia, la seguridad, la inclusión social y el futuro de los refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos.

Desde 2017, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) ha servido en Bertoua, Batouri y Garoua Boulai en el este del Camerún. El JRS ofrece educación preescolar y primaria a unos 28.000 niños tanto refugiados como cameruneses, a la vez que organiza cursos de formación profesional y proyectos de empoderamiento para las mujeres apoyados por la Oficina para la Población, los Refugiados y Las Migraciones (BPRM) de los EE.UU..

Según Rikam, coordinador de educación del JRS Camerún, los niños y las niñas que han vivido conflictos y desplazamientos a una edad temprana pueden recuperarse de estos traumas con la ayuda adecuada durante  la educación preescolar. «Si educamos a los más pequeños, se consigue una buena integración en la sociedad», remarca.

«Gracias a la educación, contribuimos a la posibilidad de vivir juntos», explica Rikam René. Rikam es uno de los dos formadores del Taller de Desarrollo de Capacidades para monitores de los Centros Comunitarios de Preescolar (CPC), organizado por el JRS. Doce monitores de los CPC, así como maestros de cinco CPC del JRS con sede en Garoua Boulai participaron en una capacitación de desarrollo de capacidades a finales de enero de 2020. Este taller respondía al objetivo del JRS de garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos los niños y desarrollar capacidades como facilitadores educativos para la promoción del desarrollo integral de los niños y niñas.

Durante el Taller de Desarrollo de Capacidades, los monitores de los CPC mejoraron sus conocimientos de las prácticas de pedagogía y creatividad, el desarrollo de currículos preescolares y la inclusión, entre otras materias. «El problema es que los monitores no tienen las calificaciones adecuadas [para impartir educación preescolar]», dijo Rikam, «si capacitas a los formadores, estos educarán bien al niño para que sea una persona de provecho en la sociedad». Esta iniciativa beneficia directamente a los 880 niños de entre 3 y 5 años que estudian con estos monitores.

Souadatou, monitora del CPC del JRS en Garoua Boulai.
Souadatou, monitora del CPC del JRS en Garoua Boulai.

«Doy las gracias al JRS por haberme enseñado cosas que antes no sabía», dice Souadatou Bouba, que ha trabajado como monitora de un CPC del JRS durante dos años en Garoua Boulai y que asistió al Taller de Desarrollo de Capacidades. «Después de la formación sensibilizaré a los niños y los prepararé», añade.

La capacitación coincide con la celebración del Día Internacional de la Educación, el 24 de enero, que acogió a una treintena de participantes de las escuelas de preescolar de la zona. Esta fecha rinde homenaje a la importancia de una educación inclusiva de calidad, un derecho humano básico que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.

En efecto, el JRS destaca la importancia de la educación para lograr el cuarto de los ODS, y pide a las autoridades del Camerún que garanticen que todas y todos los estudiantes adquieran los conocimientos y habilidades necesarios que permitan un desarrollo y estilo de vida sostenibles.