Una beca en Tailandia permite a una chica desplazada forjarse un futuro mejor

29 agosto 2023

Un grupo de niñas caminando hacia la escuela en Tailandia. Una beca en Tailandia permite a una niña desplazada construirse un futuro mejor, a pesar de todas las restricciones y limitaciones.
Un grupo de niñas caminando hacia la escuela en Tailandia. (Servicio Jesuita a Refugiados)

Hace unos 11 años, Noor*, una desplazada pakistaní, se vio obligada a abandonar la escuela y huir de su país de origen debido a la persecución por sus creencias religiosas. Hoy tiene 21 años y vive con su familia en Tailandia, donde obtuvo una beca para estudiar negocios en Bangkok, una oportunidad que, sin duda, cambiará su vida para siempre.

La condición de desplazados hace que Noor y su familia tengan dificultad para poder empezar una nueva vida en Tailandia en medio de restricciones y limitaciones aparentemente insuperables. «Aunque terminé la educación primaria en Pakistán, cuando me matriculé por primera vez en el sistema escolar tailandés, me exigieron repetir varios cursos. La escuela me colocó en el primer curso, luego en el segundo y finalmente en el quinto», comenta Noor. Al principio, también fue difícil porque era mucho mayor que sus compañeros; sin embargo, estos obstáculos no fueron una excusa para no estudiar, al contrario: «Me obligué a buscar todas las oportunidades posibles, incluida la educación superior».

"Hay que ser como un diamante que requiere ser pulido, porque un diamante que ha sido pulido brillará y valdrá más en el futuro, igual que la educación. Si te dotas de conocimientos, acabarás por añadirte valor y serás independiente"
Noor, una chica paquistaní que estudia en Tailandia

Noor, repite estas palabras en su cabeza como un recordatorio personal; pertenecen a un ser querido y mantienen su mente centrada en los estudios.

Para ayudar a afrontar estos retos, el JRS Tailandia trabaja con refugiados urbanos y solicitantes de asilo, ofreciéndoles apoyo financiero y formación educativa. A través del Proyecto para Refugiados Urbanos (URP, por sus siglas en inglés), Noor y su familia pudieron pagar fácilmente el alquiler de la habitación y las tasas escolares, aliviando así la presión.

Sin embargo, el apoyo más importante que recibió Noor fue el de su familia, que siempre la animó a seguir estudiando. Muchos integrantes de su comunidad no estaban de acuerdo con la decisión de la madre de Noor de permitir que sus hijos estudiaran en un sistema escolar tailandés local. Creían que no habría esperanza para los refugiados en Tailandia y que acabarían siendo reasentados en otro país. Sin embargo, su madre siguió apoyando a sus hijos de todas las formas posibles para que pudieran continuar sus estudios.

Tras terminar su licenciatura, Noor está decidida a trabajar en la embajada y ayudar a los demás del mismo modo que muchas personas la han ayudado a ella a cursar estudios superiores y labrarse un futuro mejor.

*se ha cambiado el nombre para proteger la identidad de la persona