Salud mental para todos: prestar apoyo psicosocial a los desplazados

10 octubre 2022

Un miembro del personal del JRS visitando a una mujer refugiada cuyo hijo tiene una grave enfermedad. Emplazamiento de Kerfi, este de Chad.

La salud mental y el apoyo psicosocial (SMAPS o MHPSS por sus siglas en inglés) es un enfoque cada vez más fundamental del trabajo humanitario que busca priorizar y fortalecer el bienestar mental y físico de las personas. Reconoce que todo el mundo tiene derecho a la salud y que no debemos olvidar a las personas en condiciones de vulnerabilidad y marginación.

Por ejemplo, en los refugios de la frontera entre Estados Unidos y México, donde trabaja la especialista en salud mental del JRS, Georgina Sánchez, los desplazados forzosos suelen llegar cansados, asustados y confundidos. Después de viajar cientos de kilómetros, se encuentran con procesos burocráticos totalmente desconocidos y Georgina, junto con su equipo, les ayuda a hacer frente a la estresante situación.

Tratando de transmitir la esencia de su trabajo, Georgina afirma: «comprender es curar». De hecho, una parte esencial de su trabajo es asegurarse de que la gente entiende lo que hace y cómo puede ayudar: «Les explico que quiero enseñarles algunas técnicas de atención plena para que alcancen cierto equilibrio y así puedan estar más centrados en la información que van a recibir».

Lo más importante es que Georgina ofrece presencia, comprensión y amor a las personas que se encuentran en una situación vulnerable: «Me acerco a ellos tratando de ser respetuosa, pero sobre todo tratando de normalizar un poco lo que está pasando, para que se sientan en un ambiente más amigable y les trato como si fueran mis hermanos, con el respeto y la dignidad que se merecen».

La salud mental está en el propio encuentro, significa conectar con la gente, averiguar sus necesidades.
Georgina Sanchez, especialista en salud mental del JRS

La salud mental y el apoyo psicosocial como respuesta a las necesidades básicas

«A menudo pensamos que la SMAPS solo está relacionada con la intervención clínica, la terapia psicológica y la medicación psicotrópica. Aunque puede ser todo eso, también es mucho más». Christian Alama Bediang, responsable regional de SMAPS del JRS para África Occidental y los Grandes Lagos, es un psicólogo clínico y especialista en salud mental con años de experiencia al servicio de las personas afectadas por el desplazamiento en una amplia gama de contextos.

Como parte de su trabajo de coordinación de las actividades de SMAPS del JRS en cinco países, Christian fue testigo de cómo los mayores retos para el bienestar mental de las personas desplazadas suelen provenir de las preocupaciones cotidianas.

En medio de las difíciles realidades del desplazamiento en África Occidental, los factores de estrés diarios crónicos, como el hambre y la falta de higiene o de refugio, pueden acabar provocando ansiedad, depresión y otros trastornos mentales leves o graves. En un contexto en el que las personas suelen permanecer desplazadas durante años, ganarse la vida es una preocupación constante, especialmente para los hombres, de quienes se espera socialmente que sean el sostén de la familia. «No son capaces de cuidar [de su familia] y eso cuestiona su identidad, quiénes son como maridos y padres», explica Christian.

Dadas las raíces de estos problemas, la asistencia humanitaria para los desplazados en África Occidental también significa ayudar a las personas a hacer frente a las luchas diarias: «Tenemos muchos testimonios en los que, con tan solo satisfacer sus necesidades, las personas acaban teniendo una salud mental positiva», confirma Christian. «Se hacen más fuertes, se empoderan».

 

La salud mental y el apoyo psicosocial como desarrollo de los vínculos humanos

El desplazamiento suele implicar la ruptura de los vínculos sociales. La consiguiente falta de conexión humana y de comunidad puede afectar profundamente al bienestar de las personas.

Un día, en el refugio, Georgina conoció a una niña indígena que no respondía ni hablaba al llegar. En muchas circunstancias, situaciones tan graves podrían requerir una intervención especializada. Sin embargo, en el contexto del desplazamiento, los factores de estrés pueden llegar a ser tan abrumadores que estas reacciones son comprensibles. De hecho, con el tiempo el equipo de Georgina estableció una conexión con la niña, escuchó su desgarradora historia y se dio cuenta de que estaba desesperada por hablar con su madre en Guatemala.

«Le presté mi teléfono, le facilité la conexión con su gente: eso también es salud mental», explica Georgina. Tras su intervención, la joven pudo afrontar mejor su situación actual. Por una vez, comenta Georgina, la prestación de servicios de salud mental «tenía que venir acompañada de una auténtica empatía y conciencia de las necesidades acuciantes de la gente».

Cuando las personas están realmente conectadas con la comunidad, crecen, desarrollan su salud mental.
Christian Alama Bediang, responsable regional de SMAPS del JRS

La SMAPS crea y mantiene comunidades incluyendo activamente a los refugiados y migrantes y reforzando las redes de apoyo psicosocial. Por ejemplo, el desarrollo de habilidades de escucha y comunicación en las escuelas de África Occidental puede ayudar a mejorar las relaciones entre profesores y alumnos. «Cuando las personas están realmente conectadas con la comunidad, crecen, desarrollan su salud mental», confirma Christian.

En este sentido, SMAPS es «cualquier tipo de apoyo que tenga como objetivo promover o proteger el bienestar psicosocial», reconoce Christian. Cualquier trabajador humanitario puede aplicar este enfoque porque, como explica también Georgina, la salud mental está «en el propio encuentro, [significa] conectar con la gente, averiguar sus necesidades».

 

La salud mental y el apoyo psicosocial como aplicación de un enfoque global

Superar la idea de que la salud mental es principalmente una cuestión clínica no significa evitar las intervenciones de proveedores especializados, como psicólogos o psiquiatras. Los profesionales son siempre necesarios para diagnosticar y derivar los casos más graves a servicios especializados. Al mismo tiempo, es crucial que todo el personal esté formado para aplicar e integrar las consideraciones de SMAPS en todos los proyectos.

Interactuar a diario con personas en situación de vulnerabilidad puede ser abrumador; no poder dedicar el tiempo suficiente a cada persona pronto resulta agotador. Para afrontar todo esto, Georgina se centra en las mejores partes de su trabajo, en «la oportunidad de ver la humanidad de las personas». También fomenta activamente el bienestar del personal, suscitando importantes conversaciones sobre la fatiga por compasión, la discriminación y los prejuicios personales.

En su papel de coordinador, Christian también imparte talleres al personal en toda África Occidental, asegurándose de que todos posean las habilidades necesarias para servir mejor a las personas desplazadas y cuidar de su propia salud mental. Muchas de las habilidades de SMAPS que enseña a sus compañeros son similares a las que se administran a las personas desplazadas.

El objetivo de Christian es que todos los integrantes del personal «comprendan los componentes de salud mental de su trabajo» y desarrollen habilidades para ayudarse mutuamente. «Todos nuestros trabajadores, sea cual sea su especialización, sea cual sea su sector, necesitan estas habilidades», subraya.

«Comprender es curar»

Georgina y Christian nos muestran cómo el enfoque de salud mental y apoyo psicosocial del JRS pone a los desplazados en el centro y les acompaña en su viaje. Y lo que es más importante, da prioridad a la salud mental de todos, tanto de los refugiados como del personal, sin dejar a nadie atrás.

Atendiendo a las necesidades básicas de la gente, invirtiendo en las comunidades y ofreciendo intervenciones profesionales, el trabajo de SMAPS representa un pilar clave de la misión del JRS para construir la esperanza, restaurar la dignidad humana y fortalecer la cohesión social.