Estudiantes refugiados que ayudan a otros estudiantes refugiados: la historia de Emmanuel
18 abril 2023
«Llevo casi 10 años viviendo en Malaui como refugiado. Antes de llegar allí, he estado desplazado en varios países diferentes, desde Zambia hasta Mozambique». Hoy, más de 10.000 km separan a Emmanuel del campo de refugiados de Dzaleka, en Malaui. Originario de la República Democrática del Congo (RDC), en febrero de 2023 llegó a Roma, Italia, para cursar un máster en economía en la Universidad La Sapienza, como parte del programa de becas UNICORE, implementado por el ACNUR y sus socios, entre ellos el Centro Astalli/JRS Italia.
En Dzaleka, el JRS y diferentes actores están involucrados en facilitar el acceso a la educación dentro del campamento a través de diversas iniciativas. Estas van desde programas de formación en línea a gran escala hasta la concesión de becas para que los refugiados puedan proseguir sus estudios académicos. «Personalmente, la educación me ha brindado oportunidades especiales. Primero, asistí a los programas del JRS como inglés, informática y, a partir de ahí, solicité una licenciatura en gestión empresarial a través de un programa de aprendizaje en línea», dice Emmanuel. Sin embargo, los jóvenes que viven en un campo de refugiados a menudo tienen dificultades para acceder a estas oportunidades, «no tienen conocimientos tecnológicos ni un alto nivel de inglés, carecen de algunas habilidades básicas para acceder a los diversos programas de grado que se ofrecen».
Apenas se graduó, Emmanuel buscó la manera de apoyar a otros jóvenes refugiados del campo y proporcionarles la información y la confianza necesarias para proseguir sus estudios postsecundarios. «Siempre he querido ser economista, pero mi otra misión es empoderar a los refugiados proporcionándoles los recursos y el apoyo que necesitan para tener éxito. Quería que otros jóvenes como yo pudieran acceder a las mismas oportunidades que yo he tenido. Así que me pregunté: ¿cómo lo podemos hacer? Creemos una organización que proporcione los conocimientos necesarios para acceder a la carrera».
Esta idea lo llevó a cofundar ATE-Hub, una organización dirigida por refugiados en la que los refugiados de Dzaleka trabajan juntos, proporcionando apoyo académico y poniendo en marcha iniciativas que ayuden a aumentar el bienestar de los estudiantes y a prepararlos para empezar la carrera. «Ahora trabajamos en asociación con una universidad estadounidense para ofrecer programas de licenciatura a los estudiantes refugiados del campo de Dzaleka. Antes de empezar la universidad, ofrecemos a los estudiantes un programa básico para aprender inglés, redacción académica, habilidades técnicas, habilidades interpersonales y aumentamos la confianza del alumno en sí mismo. Llevamos a cabo el programa durante tres meses y, cuando los alumnos están preparados, empezamos a matricularlos en la universidad para que inicien la carrera».
ATE-Hub está formado por siete personas que trabajan en dos departamentos, uno de apoyo operativo/holístico y otro de apoyo académico, con orientadores, tutores académicos y ayudantes de cátedra. «La opinión de los estudiantes es que no nos limitamos a proporcionar una beca, sino que nos metemos en sus vidas, atendemos sus necesidades holísticas e intentamos garantizarles el bienestar. Precious* se graduó en Administración en febrero, es madre soltera y se esforzaba por compaginar sus responsabilidades como madre y como estudiante. Venía al centro siete horas al día junto con sus hijas, que pasaban el día en nuestra guardería mientras ella estudiaba. Precious es un ejemplo que siempre compartimos con otros estudiantes».
Nuevos retos y perspectivas se cruzan en el camino de ATE-Hub. Las esperanzas futuras de la organización son encontrar la manera de ayudar a los estudiantes a incorporarse al mundo laboral, «otra razón por la que la educación superior es tan importante para los beneficiarios de los programas de ATE-Hub es por su necesidad de transformar económicamente sus vidas. Por eso, ATE-Hub no solo mide su éxito por la obtención de un título, sino también por la inserción laboral de sus estudiantes».
Las organizaciones dirigidas por refugiados comprenden mejor las consecuencias sociales, económicas o políticas de ser desplazado. Esta perspectiva única las convierte en actores privilegiados en comparación con las organizaciones internacionales. Pueden adaptarse más rápidamente a las necesidades de la comunidad y comprender mejor los retos, así como prestar el apoyo más eficaz y pertinente posible. «Pedimos que se brinden más oportunidades a las organizaciones dirigidas por refugiados como ATE-Hub, desde el aumento de las asociaciones hasta la provisión de recursos, para que podamos construir colectivamente la próxima generación de líderes de la comunidad de Dzaleka. No debería verse solo como un campo de refugiados, sino como una sociedad de personas innovadoras, conocedoras de la tecnología, creativas y empoderadas».
*nombre de fantasía para proteger la identidad de la persona.