Birmania: Amor y educación en las aulas del JRS

23 diciembre 2019

Roi San dice que servir a los niños y niñas desplazados a traves de la educación ha verdaderamente enriquecido su vida. (Servicio Jesuita a Refugiados)

Casi 200.000 niñas y niños viven hoy en áreas afectadas por conflictos dentro de Birmania. Pocos son los que pueden ir a la escuela por culpa de la guerra civil y la falta de maestros cualificados, especialmente en las regiones remotas. Pero los que han tenido la suerte de tener una plaza en el aula de Roi San están superando barreras y descubriendo la alegría de aprender, a pesar de todas las dificultades.

«El momento más feliz es cuando mis alumnos y yo jugamos juntos, y cuando se alcanzan los objetivos de aprendizaje que establecí para ellos», dice Roi San, una educadora formada por el JRS, que enseña en una escuela católica en Myitkyina, en el estado Kachin, en Birmania.

Roi terminó el programa de nueve meses de capacitación de maestros del JRS en Birmania, que ya ha preparado a cientos de educadores, junto con organizaciones locales con el objetivo de responder al vacío educativo para las niñas y los niños desplazados internos y vulnerables.

El momento más feliz es cuando mis alumnos y yo jugamos juntos, y cuando se alcanzan los objetivos de aprendizaje que establecí para ellos.
Roi San, educadora formada por el JRS en Birmania

«Aprendí mucho del curso de capacitación de maestros», recuerda Roi San. «Mejoró mi autoestima y me enseñó habilidades cuya utilidad ya he comprobado en el aula, pero también me ayudó a crecer como persona».

Gracias a su devoción por la enseñanza y al amor hacia sus alumnos, Roi San ahora también ayuda a las niñas y los niños refugiados a crecer como personas. Docentes como ella transmiten una esperanza en el futuro, no solo a los niños, sino a las comunidades que sus estudiantes ayudarán a reconstruir.

Corresponda al don del amor de Roi San por los niños vulnerables con un donativo de apoyo al JRS. Conviértase en garante de que nuestra misión de acompañar y educar a los refugiados pueda continuar. Haga su acto de fe, esperanza y amor en estas fiestas.