Bangladesh: Las mujeres refugiadas rohinyá que simbolizan la esperanza durante el COVID-19

27 abril 2021

Hosneara puso en marcha un proyecto para enseñar a fabricar mascarillas a las adolescentes y juntas distribuyeron cientos de mascarillas a los niños de Bazar de Cox.
Hosneara puso en marcha un proyecto para enseñar a fabricar mascarillas a las adolescentes y juntas distribuyeron cientos de mascarillas a los niños de Bazar de Cox.

La población angustiada y desplazada de refugiados rohinyá en Bazar de Cox (Bangladés) cuenta con aproximadamente un 67% de mujeres que se ven afectadas de forma desproporcionada por anteriores y persistentes injusticias de género, violencia de género y abusos. Sin embargo, a pesar de las dificultades, estas supervivientes del conflicto se han convertido en las primeras en responder a las necesidades de protección de las jóvenes y las mujeres en los campos de refugiados.

La alarmante necesidad de espacios seguros para las mujeres rohinyá desplazadas por la fuerza ha inspirado al JRS y a su socio, Caritas Bangladesh, a crear el Centro Polivalente para Niños y Adolescentes (MCAC) para fomentar el liderazgo entre las mujeres y ofrecer oportunidades de voluntariado.

Hosneara es una de las formadoras profesionales ejemplares del proyecto MCAC. Está muy versada en sastrería, bordado a mano y costura. Su deseo de dirigir los servicios comunitarios se mantuvo inalterable durante la pandemia.

No puedo expresar lo feliz que me siento cada vez que veo a los niños con las máscaras que he cosido.
Hosneara, formadora del JRS

Para fomentar la práctica de las medidas de prevención del COVID-19, Hosneara cosía mascarillas reutilizables que distribuía por toda la comunidad. Inició un proyecto para enseñar a fabricar mascarillas a las adolescentes de las clases de formación profesional del MCAC y juntas distribuyeron cientos de mascarillas a los niños de allí. Incluso prestó apoyo a mujeres y niños rohinyá fuera del proyecto del MCAC, ofreciéndoles clases gratuitas de costura de mascarillas.

El voluntariado remunerado en el MCAC proporcionó a Hoseara estabilidad financiera y así pudo comprar su propia máquina de coser para atender las necesidades de su familia mientras servía a su comunidad.

«No puedo expresar lo feliz que me siento cada vez que veo a los niños con las máscaras que he cosido. Siempre espero que nadie se enferme. Deseo seguir trabajando en el proyecto MCAC, donde encuentro paz y alegría en mi trabajo.»

Además de Hosneara, quince facilitadoras y tres asistentes sociales del MCAC son mujeres rohinyá y lideran los esfuerzos de sensibilización sobre el COVID-19 en los campamentos. El JRS y Caritas Bangladesh celebraron su exitosa contribución al bienestar de los refugiados vulnerables durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

«En Myanmar, nunca había oído hablar del Día de la Mujer. Hoy se siente como la Fiesta del Fin del Ayuno. Me gustaría dar las gracias al JRS y a Caritas Bangladesh por organizar un evento tan maravilloso», dijo una de las facilitadoras.