Feliz de volver a la escuela, la historia de Joy, una niña de nueve años de la comunidad de Malabu

10 septiembre 2024

El Programa de Aprendizaje Acelerado del JRS y la Iglesia permite a los niños de Nigeria volver a la escuela. Niñas asistiendo a clase en una escuela en Nigeria (Servicio Jesuita a Refugiados)
Niñas asistiendo a clase en una escuela en Nigeria (Servicio Jesuita a Refugiados)

Tras huir del levantamiento prolongado, los conflictos étnicos y la crisis de agricultores y pastores, muchas familias desplazadas del noreste de Nigeria encontraron seguridad en Malabu, en el Área de Gobierno Local (AGL) de Fufore, en el Estado de Adamawa. Aunque la comunidad local les ofreció tierras de labranza para cultivar, apenas podían mantener a sus familias, lo que provocó que los niños abandonaran la escuela para ayudar a las familias con las tareas domésticas, la agricultura y otros medios de vida.

Joy, de nueve años, estaba entre esos niños. Su padre consiguió tierras de labranza para cultivar, pero solo alcanzaba para la supervivencia de la familia y no producía lo suficiente para vender y sufragar así los gastos escolares de Joy.

Joy, en el centro, con sus padres.

Para mejorar el acceso a la educación de los niños y responder a las necesidades de sus familias de tener una fuente sostenible de ingresos, el JRS puso en marcha un nuevo programa en Malabu con el apoyo de una organización de beneficencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

En cuanto los padres de Joy supieron del Programa de Aprendizaje Acelerado, la matricularon inmediatamente. El programa ayuda a los niños no escolarizados a reincorporarse al sistema educativo formal y al mismo tiempo, involucra a sus familias en actividades generadoras de ingresos y los ayuda con paquetes de puesta en marcha, como insumos agrícolas y equipos para pequeñas empresas, con el fin de garantizar la permanencia de los niños en la escuela formal.

Cuando se empezó el Programa de Aprendizaje Acelerado en Malabu, los padres de Joy estaban encantados de que pudiera estudiar y empezar a ponerse al día. En julio de 2024, Joy completó con éxito el programa y pasó a la escuela primaria central de Malabu. El JRS le proporcionó kits de aprendizaje y uniformes escolares, y también se pagaron sus tasas escolares durante un período de cuatro años.

Tengo mucha confianza en que a mi hija le irá bien en la escuela y la apoyaré hasta el siguiente nivel con la actividad agrícola que estoy haciendo aquí en Malabu
El señor Ishaya, padre de Joy

Sus padres recibieron insumos agrícolas, como fertilizantes, pulverizadores de mochila y herbicidas, para ayudarlos a mejorar sus medios de vida y seguir apoyando a Joy y a sus hermanos en la escuela. La madre de Joy, por ejemplo, recibió formación para generar ingresos.

«Mi esposa recibió formación sobre cómo mejorar nuestra agricultura y le entregaron fertilizantes, pulverizadores y herbicidas, cosas que no podemos permitirnos debido a nuestro desplazamiento. Me gustaría que otras familias también pudieran beneficiarse de lo que yo me he beneficiado del JRS», comenta el padre de Joy, que ahora ha recuperado la esperanza de una vida mejor para su hija Joy y sus otros hermanos.