Uganda: promover y proteger la educación secundaria
23 diciembre 2024
La promoción y protección de la educación siempre ha sido un hito en el trabajo del JRS. La actual crisis de la COVID-19 plantea nuevos y previsibles desafíos a nuestro acompañamiento permanente de los refugiados en su educación de una manera responsable y segura. Por suerte, el inagotable compromiso de nuestros colegas en Uganda y de nuestros socios en Europa ayuda a que esto sea posible.
El JRS reanudó su trabajo en Adjumani, en el norte de Uganda, en la frontera con Sudán del Sur, en 2016, con el objetivo de cubrir los enormes vacíos que había en la educación secundaria. Tras casi cuatro años, el JRS continúa evaluando su enfoque y buscando la mejor manera de apoyar a las escuelas secundarias, especialmente en estos tiempos sin precedentes de la COVID-19.
El JRS Uganda ha apoyado a la Escuela de Secundaria de Pagirinya desde su apertura en 2016. Desde 2019, se han matriculado 931 estudiantes. La escuela aún no posee una licencia del Ministerio de Educación y Deportes, que es lo que permitiría a sus estudiantes examinarse allí. Aunque los estudiantes pueden hacer sus exámenes en otras escuelas registradas, es una necesidad urgente apoyar que Pagirinya quede registrada ante el Ministerio de Educación y Deportes – un proceso necesario y costoso -, ya que es la segunda escuela más grande del distrito.
Nuestro equipo también ayudó a poner en marcha la Escuela de Secundaria de Nyumanzi en 2018, que hasta la fecha tiene 296 estudiantes y es la única escuela de secundaria del asentamiento. Debido a la falta de espacio, algunas de las clases se han impartido fuera, a la sombra de los árboles.
El JRS Uganda apoya principalmente escuelas secundarias comunitarias en Adjumani. Los padres y maestros de los alrededores del asentamiento de Pagirinya vieron la necesidad de establecer una escuela de secundaria en su comunidad. Tanto las comunidades de acogida como las de refugiados pusieron en marcha las escuelas y las siguen administrando.
Aunque el JRS apoya estos equipamientos, estos siguen careciendo de muchas cosas: infraestructuras, pagos de salarios de maestros, materiales escolares, libros de texto, equipos de laboratorio, por citar solo algunas. El gran número de refugiados ha ejercido mucha presión sobre la prestación de servicios educativos. Las escuelas están sobresaturadas y no pueden asimilar la gran cantidad de niñas y niños en las estructuras disponibles. Por ejemplo, algunos de los registros de los indicadores de calidad educativa muestran datos como los siguientes: relación alumno / aula de 154:1; proporción alumno / maestro de 84:1; y proporción de alumnos por libro de texto de 8:1.
Para superar estos desafíos, el JRS está apoyando la construcción de nuevas escuelas comunitarias en Adjumani. Afortunadamente, la construcción ha continuado desde el comienzo del confinamiento en Uganda para hacer frente a la COVID-19.
Gracias a generosas contrapartes de España e Irlanda, el JRS actualmente trabaja en dos proyectos de construcción de infraestructuras: un bloque de dos aulas, una biblioteca y un bloque para oficinas en la Escuela Secundaria de Pagirinya, así como un bloque de cuatro aulas que incluye una oficina y una tienda en el Escuela Secundaria de Nyumanzi.
Los trabajos de construcción avanzan bien. El ingeniero del JRS en el lugar, Philip Mulokwa, dice lo siguiente sobre el trabajo realizado: «El mayor éxito hasta ahora ha sido la capacidad de los contratistas para avanzar el trabajo en medio de estrictas restricciones como resultado del confinamiento por la COVID-19 siguiendo todos los procedimientos de seguridad”.
Estamos muy agradecidos por el continuo apoyo para mejorar las escuelas, sus capacidades y los entornos de aprendizaje para los estudiantes, nuestra generación futura.