Siria: El JRS pide la suspensión inmediata de todas las hostilidades

18 octubre 2019

El JRS lleva respondiendo a la crisis de emergencia dentro de Siria y en sus países vecinos desde 2011, siendo testigo de primera mano del sufrimiento de las personas desplazadas por la fuerza.

El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) está siguiendo muy de cerca los acontecimientos que están teniendo lugar en el noreste de Siria. El JRS lleva respondiendo a la crisis de emergencia dentro de Siria y en sus países vecinos desde 2011, siendo testigo de primera mano del sufrimiento de las personas desplazadas por la fuerza. Seguimos acompañando a los desplazados en esta región.

El JRS en el norte de Siria e Irak se está preparando activamente para actuar ante la posibilidad de un nuevo desplazamiento de personas procedentes del noreste de Siria.

El JRS está profundamente preocupado por el inicio de nuevas hostilidades en Siria y el impacto humano que esto conllevará. Aparte de las víctimas civiles, se calcula que en seis días unas 200.000 personas se han visto obligadas a buscar refugio en áreas que ya albergan a un gran número de desplazados internos. Las organizaciones humanitarias deben trabajar en un entorno cada vez más inseguro y la nueva campaña militar está afectando infraestructuras y servicios ya precarios para los residentes y desplazados internos en el noreste del país.

El JRS pide a todos los responsables políticos que piensen en el impacto de tienen sus decisiones en el pueblo de Siria, que ya lleva mucho tiempo sufriendo. Más violencia y más desplazamiento no van a beneficiar a largo plazo ni a Siria ni a la región.

El JRS pide la suspensión inmediata de todas las hostilidades y la protección de los civiles. El JRS también insta a todas las partes a garantizar el acceso seguro de las organizaciones humanitarias a civiles y desplazados internos.

El JRS sigue pidiendo a los gobiernos regionales que acogen a refugiados sirios que respeten sus obligaciones de no devolución y detengan todos los retornos forzosos, en especial ahora que la situación de seguridad en Siria se ha deteriorado aún más.

Desplazamientos masivos después de la ofensiva turca en Siria

El 9 de octubre de 2019, las Fuerzas Armadas Turcas (TAF) y grupos armados apoyados por Turquía iniciaron una nueva ofensiva militar. Entre los objetivos de la «Operación Primavera de Paz» está la eliminación de las fuerzas kurdas – clasificadas por Turquía como terroristas – de la zona fronteriza y la creación de un «área segura» para que los refugiados sirios sean retornados desde Turquía.

En una nueva oleada de desplazamientos, se estima que entre 160.000 y 209.000 personas han huido de pueblos y aldeas fronterizas a partes más al sur de la región del noreste de Siria.

Contextualización

Desde el comienzo de la guerra civil siria, en 2011, el norte de Siria ha estado controlado por diferentes fuerzas, ya que ha sido un territorio disputado por los rebeldes antigubernamentales, el Daesh (Estado Islámico), facciones kurdas y las fuerzas del Gobierno de Siria. A medida que las fuerzas kurdas iban cosechando éxitos, con la ayuda de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos, expulsando al Daesh del norte de Siria, las autoridades kurdas se hicieron con el control de un territorio de unos 480 km. (300 millas) de la frontera nororiental de Siria con Turquía. Desde entonces, las fuerzas kurdas han conservado el control del área, una responsabilidad que ha implicado custodiar a los ex combatientes del Daesh en nombre de los Estados Unidos y sus aliados internacionales. Las autoridades kurdas han estado operando y administrando tanto centros de detención para combatientes cautivos, así como campamentos para los desplazados por el conflicto, incluidas las familias y los hijos de los combatientes del Daesh.

En diciembre de 2018, el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció un plan para retirar la totalidad de los 2.000 efectivos militares estadounidenses de Siria; sin embargo, su administración detuvo el plan y solo se retiró a la mitad. El domingo 6 de octubre de 2019, después de una llamada telefónica entre el presidente Trump y el presidente turco Erdogan, una nota de prensa de la Casa Blanca declaraba que ‘Turquía pronto llevará a cabo su operación planificada en el norte de Siria’ y que ‘Fuerzas Armadas de EE.UU. ni apoyarán ni estarán involucradas en tal operación, y […] que ya no estarán en la zona inmediata’. En los siguientes «tuits» del presidente Trump del 9 de octubre apuntaban a que las fuerzas estadounidenses serían retiradas de Siria de forma inminente, lo que fue confirmado por el Secretario de Defensa de los Estados Unidos el 13 de octubre.

Turquía llevaba ya tiempo amenazando con lanzar una intervención unilateral en el noreste de Siria, preocupada por el control kurdo de la zona. Tras la retirada prometida de las tropas estadounidenses, se puso inmediatamente en marcha la «Operación Primavera de Paz» con ataques aéreos y terrestres el 9 de octubre.