El JRS se une al Papa Francisco en su intención de rezar por el derecho a la educación de migrantes y refugiados
02 enero 2025
La intención de oración del Papa Francisco para el mes de enero refleja uno de los principales temas de su pontificado: su preocupación por los migrantes y los refugiados. Su mensaje en vídeo —producido por la Red Mundial de Oración del Papa en colaboración con el JRS — lo muestra, subrayando que unos 250 millones de niños en todo el mundo no asisten a la escuela debido a la migración y el desplazamiento.
El proceso educativo de los niños y jóvenes que emigran o son desplazados por la guerra se ve gravemente perturbado por la necesidad de huir de su tierra natal y por la falta de recursos educativos adecuados en los campamentos de refugiados y en las zonas de conflicto.
Además, cuando se trasladan a otros países, su condición de migrantes se convierte con frecuencia en un obstáculo para acceder a la educación, lo que afecta significativamente a sus oportunidades de un futuro mejor.
«Estamos agradecidos de unirnos al Papa Francisco para invitar a las personas de todo el mundo a rezar para que las aspiraciones educativas sigan estando en el centro del itinerario vital de los migrantes, de los refugiados y de todas las personas desplazadas. En todos nuestros proyectos, a lo largo del mundo, somos testigos de cómo la educación ofrece a los refugiados acceso a la seguridad, la esperanza y las oportunidades económicas. Protege su sentido de sí mismos, fomenta su autonomía y promueve su desarrollo integral», dijo el Hno Michael Schöpf SJ, Director Internacional del JRS.
Texto completo del video:
«Hoy se vive una “catástrofe educativa”. Y no es exageración. A causa de las guerras, las migraciones y la pobreza, unos 250 millones de niños y niñas carecen de instrucción. Todos los niños y los jóvenes tienen derecho a ir a la escuela, sin importar su situación migratoria. La educación es una esperanza para todos: puede salvar a los migrantes, a los refugiados, de la discriminación, de las redes de delincuencia y de la explotación. ¡Tantos menores explotados! Y ayudarlos a integrarse en las comunidades que los estén acogiendo.
La educación nos abre puertas a un futuro mejor. Y así, los migrantes y refugiados pueden contribuir a la sociedad, ya sea en su nuevo país o en su país de origen, si deciden regresar. Y no olvidemos nunca que quien acoge al forastero, acoge a Jesucristo.
Oremos para que migrantes, refugiados y afectados por las guerras vean siempre respetado su derecho a la educación, educación necesaria para construir un mundo más humano», Papa Francisco.