El JRS pide Protección para los Desplazados por la crisis en Myanmar

20 mayo 2021

El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) expresa su preocupación por las terribles consecuencias humanitarias de la crisis en Myanmar y hace un llamamiento a la paz, la protección y la no devolución de los ciudadanos de Myanmar que buscan refugio en los países vecinos. Los actores gubernamentales y militares deben abstenerse de toda forma de violencia contra los civiles, los manifestantes pacíficos y los periodistas y respetar los derechos humanos fundamentales de toda la población de Myanmar, incluida la libertad de reunión pacífica, la libertad de expresión y la libre circulación de información.

Desde el 1 de febrero, más de 10.000 refugiados han huido de Myanmar y 53.000 se han desplazado internamente como consecuencia del golpe militar. Mientras Myanmar sigue sufriendo la violencia, los países vecinos han impuesto estrictas restricciones fronterizas a los refugiados que buscan protección internacional.

El 9 de mayo, más de 2.000 refugiados de Myanmar fueron devueltos por el ejército tailandés. Es la última de las numerosas devoluciones de Tailandia que ponen a los refugiados en grave peligro. China e India han endurecido sus restricciones fronterizas aludiendo al COVID-19, pero en realidad prohibiendo la entrada de refugiados. En marzo, Malasia ha deportado a más de mil ciudadanos de Myanmar exponiéndolos a la violencia y la inseguridad.

El JRS insta a los países de la región a ofrecer seguridad y protección a los que buscan seguridad, a proteger a los refugiados que ya están dentro de sus fronteras y a abstenerse de devolver a los refugiados por la fuerza. Los países pueden cumplir con las normas internacionales de protección y transparencia, al tiempo que ponen en marcha medidas que gestionan los riesgos para la salud pública.

El JRS se une al Papa Francisco en su llamamiento por la paz: «Yo también me arrodillo en las calles de Myanmar y digo: ¡que cese la violencia! Yo también extiendo mis brazos y digo: ¡que prevalezca el diálogo!»

El JRS hace un llamamiento urgente a los países de la región para que ofrezcan refugio y protección a todos los que huyen en busca de seguridad. Es vital que cualquier persona que busque asilo en otro país pueda acceder a él. Los niños, las mujeres y los hombres que huyen por su vida no deben ser devueltos a un lugar donde su seguridad o su libertad puedan estar en peligro. Este principio de no devoluciónes una piedra angular del derecho internacional y es vinculante para todos los Estados.