Una joven en Kenia supera las dificultades gracias a la educación

06 junio 2025

Desde muy temprana edad, las vidas de Nyaneng Simon Tut y su familia han estado marcadas por la inestabilidad constante. La familia es originaria de Sudán del Sur, pero debido a la inseguridad en el país se vio obligada a huir y establecerse en el campo de refugiados de Kakuma, donde nació Simon. Actualmente, ella vive en Nairobi, Kenia, con algunos de sus hermanos y cursa estudios universitarios.

Me trajeron a Nairobi cuando era muy pequeño debido a la inseguridad que sentía mi madre. Y desde entonces, he estado viviendo aquí, en Nairobi. Tengo hermanos. Algunos de ellos están en Sudán del Sur, algunos los dejé en Kakuma. Y otros están aquí. Mi madre tuvo que volver a Sudán del Sur porque es la que nos mantiene.

Como refugiados, nos enfrentamos a muchos retos. El principal es la educación; y luego están los secundarios, como la salud mental. Ya he mencionado que no vivo con mi madre y, como adolescente, todas deseamos vivir sin nuestras madres. Vivir separadas es difícil porque, en realidad, las necesitamos para que nos guíen en todo lo que hacemos con nuestros hermanos y familiares.

Sabes, tenemos hermanos pequeños y la mayoría de las veces empiezan a hacer preguntas como: «¿Por qué no vivimos con nuestros padres? Y entonces tenemos que responder preguntas para las que ni siquiera tenemos respuesta.

Otro reto es el estereotipo que se nos aplica como refugiados, sabiendo que no estamos en nuestro país.

Así que vivir en Kenia tiene sus cosas buenas y también ha tenido sus altibajos.

En cuanto a la educación, puedo decir que he tenido mucha suerte porque nací en la época en que se introdujo la educación gratuita en Kenia. He recibido la mejor educación que podía necesitar porque he ido al colegio sin que me echaran. Pero cuando empecé la secundaria, las cosas se complicaron un poco. La dejé en 2016 y estuve dos años sin estudiar, en 2016 y 2017.

Yo terminé la secundaria en 2022. Desde entonces, no he podido matricularme en una universidad prestigiosa, como todo el mundo querría. Así que he estado buscando becas y es así como encontré la Southern New Hampshire University (SNHU)*, patrocinada por JRS, que me ha ayudado mucho. Estudiar comunicación y es algo que siempre ha sido mi sueño.

La mayoría de la gente cree que las mujeres de Sudán del Sur que están en Kenia no terminan la secundaria y que, si sales a la calle, un hombre te llama y caes en la trampa equivocada y te quedas embarazada.

A mis compañeras jóvenes, lo que puedo decirles es que todavía hay esperanza. No es por elección propia que estamos en nuestros diferentes países de acogida, pero debemos saber que volveremos a casa. Todo el mundo quiere tener esa sensación y decir: «Estoy en casa». Así que, chicas: «Las dificultades son muchas y nadie puede prometernos que vayan a desaparecer. Seguirán ahí. Pero solo tenemos que prepararnos psicológica y mentalmente para saber cómo las vamos a superar y perseverar hasta que consigamos algo en la vida».

*La colaboración entre JRS y la Southern New Hampshire University (SNHU) Global Education Movement ofrece a los refugiados la oportunidad de continuar sus estudios y construir un futuro económico más prometedor.