Sudáfrica: un programa de medios de subsistencia crea esperanza para el futuro
28 septiembre 2021
«No sabía cómo empezar una vida aquí ni por dónde empezar», dice Hugette, una de las estudiantes del programa de medios de subsistencia del JRS en Sudáfrica, que ofrece formación a las mujeres refugiadas y sudafricanas en diversas habilidades como uñas, masajes, peluquería y maquillaje.
Hugette huyó de la República Democrática del Congo (RDC) con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura para ella y sus hijos, pero cuando llegó al nuevo país la vida fue dura. Se enteró de las clases del JRS a través de un amigo y pudo inscribirse y completar todos los módulos de formación de la clase 2020/2021. Ahora que se ha graduado, comparte sus esperanzas para el futuro: «Tengo los conocimientos, puedo avanzar en mi vida y ser independiente. Ahora sé hacer uñas, masajes y maquillaje. Mi sueño es abrir mi propio negocio, alquilar un local y contratar a gente que me ayude».
El programa de medios de subsistencia del JRS acoge a un grupo diverso de mujeres refugiadas de todo el continente y a sudafricanas locales. Parte de la razón para dar prioridad a la diversidad es que las clases también ofrezcan una oportunidad para la reconciliación y la construcción de la cohesión dentro de las diversas comunidades.
«En la vida te encuentras con diferentes culturas, nacionalidades; las [clases] nos han hecho ser una cosa sola, entendernos los unos a los otros, ya seas del Congo, de Zimbabue o de Etiopía», reflexiona Hugette.
Ofrecer a las mujeres la oportunidad de desarrollar sus habilidades no solo las ayuda a lograr la autosuficiencia y a mantener a sus familias, sino que también las ayuda a recuperar la confianza y la esperanza.
«Muchas de las mujeres de nuestro programa tienen una educación limitada, están desempleadas y luchan por cuidar de sus familias. A todas les damos una oportunidad, independientemente de su nivel educativo. Les damos la posibilidad de que se conviertan en profesionales y también les damos esperanza», dice Michelle, profesora del programa.
Masajista profesional y oradora motivacional, Michelle ha comprobado el importante papel que el programa de medios de vida desempeña para las mujeres refugiadas en Sudáfrica. «Las mujeres refugiadas son madres, hermanas, tías, amigas, hijas, estas mujeres pasan por mucho, se enfrentan a muchos retos con poco apoyo familiar. Muchas de ellas han dejado a sus padres y están aquí para valerse por sí mismas. Estas mujeres son fuertes. Saber por lo que pasan es a veces demasiado para aguantar, tienen que luchar y valerse por sí mismas».
Michelle logra conocer muy bien a las mujeres de sus clases y siempre se siente conmovida por sus experiencias como refugiadas en Sudáfrica. «Me ha sorprendido ver a alguien que había perdido toda esperanza. Conocí a una clienta que me dijo que quería acabar con su vida. Le di un discurso de motivación y ella estaba allí. Hice que se sintiera considerada. No sabía que mi discurso había tocado su vida y la había cambiado. Ahora la veo con sus hijos pequeños y me alegro mucho de poder estar aquí para apoyar a la gente. Pensaba que solo estaba enseñando y animando a la gente, pero la gente está en rincones oscuros, y nosotros podemos darles un poco de luz».