Nabila, la mujer siria que encontró una nueva esperanza en el Líbano

07 marzo 2022

mujer siria
En el centro social del JRS, Nabila pudo inscribirse en cursos y aprender nuevas habilidades mientras sus hijos se ponían al día con sus estudios.

«Aprender una nueva habilidad significa mucho, [me da] esperanza», dice Nabila, de 35 años, madre de cuatro hijos y graduada del programa de formación en peluquería y maquillaje en el Centro Social del JRS en Bourj Hammoud, en el Líbano.

Nabila, su marido y sus hijos llegaron al Líbano en 2014. Tras su llegada, se enfrentaron a retos como alquilar una casa, buscar un trabajo y comunicar con la gente de su entorno. Fue especialmente difícil acceder a la atención sanitaria.

Cuando su hijo de 18 meses se enfermó, Nabila pudo conseguir una pequeña donación, suficiente para ingresar al niño en un hospital. Pero al cabo de una semana, entró en coma y el dinero de la donación se agotó. Su hijo fue dado de alta y falleció en su casa dos días después, reabriendo una herida para Nabila y su marido, ya que habían perdido otro hijo en Siria. Conocían demasiado bien este dolor.

El estrés de sus experiencias empezó a afectar el matrimonio entre Nabila y su marido. También tienen una hija con una enfermedad que requiere atención especial y su marido tiene un trastorno neurológico que lo hace propenso a sufrir convulsiones parciales. Él se volvió abusivo y finalmente dejó a Nabila y a los niños.

 

Aprender una nueva habilidad significa mucho, me da esperanza
Nabila, refugiada siria en el Líbano

A los 11 años, el hijo mayor de Nabila dejó de ir a la escuela para poder trabajar y ayudar a mantener a su madre y sus hermanos. «Mis hijos [son] muy inteligentes», dice Nabila.

Ella quería que tuvieran la oportunidad de seguir ampliando sus conocimientos y estudios, así que los inscribió en el centro social local del JRS.  Al llegar, se sorprendió y se emocionó al saber que, además de las oportunidades educativas para sus hijos, el centro social tenía programas donde ella también podía aprender nuevas habilidades.

«Los cursos me dieron confianza en mí misma», revela «[y] una esperanza de que mi vida todavía tiene sentido después de todo lo que hemos pasado.»

Nabila también atribuye al centro social el mérito de haberla ayudado en momentos de angustia mental. Al dominar nuevas habilidades y establecer una fuente de ingresos para mantener a sus hijos, Nabila fue capaz de reavivar su sentido de propósito.

«Sentí que tenía una meta que alcanzar», añade, explicando que sus nuevas habilidades le aportan una sensación de confort y calma al saber que es capaz de mantener a sus hijos.

Además de la formación en habilidades, Nabila también habla del sentido de comunidad en el centro social.

«Me siento como en casa.»

Nabila recomienda el centro social a cualquiera que se sienta desamparado o sea nuevo en el Líbano. En el futuro, espera viajar con sus hijos para que puedan seguir aprendiendo y enriqueciendo su comprensión del mundo que les rodea.