Moses Mukasa lleva cerca de una década trabajando para promover el acceso a la Salud Mental y el Apoyo Psicosocial (SMAPS) en contextos humanitarios, en particular a las poblaciones afectadas por conflictos y desplazamientos forzosos, para que puedan promover, reconstruir y mantener su resiliencia. Inspirado por las palabras del P. Pedro Arrupe, SJ «estar con y hacer con, en lugar de hacerlo para», Moses se unió al JRS en abril de 2023 como responsable interregional de SMAPS para las regiones de África Oriental y Meridional.

¿Por qué es importante ofrecer servicios de salud mental y apoyo psicosocial a los desplazados forzosos?

El acceso a la salud mental y al apoyo psicosocial es importante para todos, en cualquier parte del mundo. Todas las personas, independientemente de sus antecedentes personales y de su ubicación geográfica, tienen derecho a estar protegidas de todos los posibles riesgos para la salud mental y a recibir una atención de SMAPS disponible, accesible, aceptable y de buena calidad. Esto, en un contexto humanitario, es aún más necesario. El desplazamiento forzoso puede causar heridas psicológicas muy profundas dictadas por las violaciones de los derechos humanos, las privaciones, las pérdidas significativas, la ruptura de los lazos y redes familiares y de la identidad social, y la pérdida de los medios de vida socava a menudo la capacidad de las personas para continuar con sus vidas. Si no se abordan los problemas de salud mental, las comunidades no pueden recuperarse plenamente de los recuerdos del conflicto y el desplazamiento, pero lo que es más importante, en contextos de refugiados, no pueden convertirse fácilmente en integrantes productivos de las comunidades de acogida. Por lo tanto, las acciones para hacer frente a los impactos del desplazamiento forzoso y ofrecer apoyo a las poblaciones afectadas son muy importantes.

¿Cómo garantiza el JRS la provisión de SMAPS en todo el mundo?

A nivel institucional, la SMAPS es una de las cuatro prioridades del JRS. Nuestro enfoque de salud mental y apoyo psicosocial se basa en la noción y la experiencia de que el bienestar es multidimensional y depende en gran medida de intervenciones multisectoriales. Por estas razones, pasamos de implementar la SMAPS como una acción humanitaria independiente a integrarla con todas las demás áreas de intervención del JRS. Mejorar el bienestar psicosocial es crucial y fundamental para garantizar la reducción de la pobreza, una educación de calidad, unos medios de vida eficaces, la defensa de derechos, la reconciliación y la construcción de la paz, haciendo frente a los riesgos de protección, y reconstruyendo un sentimiento de esperanza en el futuro. Lo que he observado a lo largo del tiempo es la importancia de aplicar intervenciones continuas que abarquen los distintos niveles de la pirámide de SMAPS del Comité Permanente entre Organismos (IASC), desde los servicios básicos hasta la atención clínica en un enfoque basado en la comunidad. Facilitar el acceso de los desplazados forzosos a programas de SMAPS de varios niveles basados en el principio de universalidad, fortaleza y resiliencia estimula la recuperación y es esencial tanto para el bienestar inmediato de las personas y los integrantes de la comunidad como para la consolidación de la paz a largo plazo y la reconciliación con uno mismo y con el pasado.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las personas obligadas a huir para acceder a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial?

A pesar de los hechos documentados sobre las necesidades de salud mental y psicosocial de las personas obligadas a huir, el acceso a servicios de salud mental y apoyo psicosocial significativos y de calidad sigue siendo un reto que podemos atribuir a varios factores. En primer lugar, el hecho de que la SMAPS es un ámbito y una actividad considerados menos prioritarios, debido a la escasa comprensión de lo que es y a las dificultades para adoptar un enfoque multisectorial. Mientras que, en segundo lugar, por parte de aquellos a los que servimos, las barreras para acceder al apoyo a la salud mental incluyen la dificultad para comunicar la angustia, las creencias estigmatizadoras, la vergüenza, la preferencia por la autosuficiencia y la expectativa de que será difícil obtener ayuda.

¿Cómo podemos superarlos?

Desde una macroperspectiva, superar estos retos implica adoptar un enfoque multisectorial de la salud mental y el apoyo psicosocial. Esto significa integrar la SMAPS en cada uno de los ámbitos de intervención, de la educación a los medios de vida, pasando por la defensa de los derechos y la reconciliación. Por otro lado, desde una microperspectiva, se debería hacer más en materia de sensibilización sobre la SMAPS en todos los niveles de acción, desde las personas a las que servimos, pasando por los trabajadores humanitarios, hasta las mesas de toma de decisiones. Esto permitiría una comprensión más eficaz de los trastornos de salud mental y de las acciones necesarias para abordarlos, reduciendo o eliminando el estigma, el aislamiento y los mitos que acompañan a los servicios y necesidades de SMAPS. La mayoría de las intervenciones de SMAPS que vemos en contextos humanitarios se han basado en «formas de pensar» originarias de países occidentales, incluyendo un enfoque medicalizado y psiquiátrico del bienestar. El riesgo de aplicar esta visión del bienestar psicosocial es imponer una práctica que no encaja con las creencias y la cultura locales; por lo tanto, la contextualización y una visión desmedicalizada de las necesidades psicosociales de las personas es la clave para abordar la mayoría de los retos de SMAPS, especialmente aquellos con causas sociales y de protección subyacentes.

Un último punto que quiero destacar se refiere a la capacidad de respuesta de las comunidades. Como actores humanitarios, debemos reconocer las capacidades que podemos aprovechar. Todas las comunidades e individuos tienen recursos y estrategias para hacer frente a las dificultades, la enfermedad y la angustia. Movilizar la eficacia de la comunidad y aprovechar las capacidades y los recursos puede ayudar a la gente a curarse orgánicamente. Es responsabilidad de los trabajadores humanitarios respetar, comprender y permitir que la comunidad y los individuos se curen.

¿Podría hablarnos de un episodio significativo en el que haya sido testigo del impacto del apoyo psicosocial en las personas a las que servimos?

El conflicto en Sudán ha tenido un impacto muy fuerte en la salud mental y psicosocial de las personas, las familias y las comunidades, hasta el punto de que a veces hemos observado que la capacidad de las personas para hacer frente a la situación se ha visto sobrecargada.

Nuestra intervención comunitaria sobre la SMAPS en Renk, Sudán del Sur, es un claro ejemplo de cómo el apoyo psicosocial repara vidas incluso en contextos de extrema desesperación y abatimiento. El programa se centra en proporcionar primeros auxilios psicológicos, psicoeducación, capacitación comunitaria y fisioterapia a los integrantes con necesidades específicas con el objetivo de restablecer el alivio y el bienestar emocional, psicológico y social. Mediante este enfoque, también pretendemos movilizar a las personas para que utilicen sus propios recursos y capacidades para la resiliencia y la reconstrucción de la comunidad.

¿Qué significa para usted el acompañamiento?

Acompañamiento significa ir de la mano y junto con aquellos a los que servimos, disminuyendo las estructuras de poder y las interrelaciones jerárquicas entre el equipo del JRS, las acciones y las personas a las que servimos. Guiados por este principio, nuestro trabajo de SMAPS es un proceso de trabajo conjunto, de confianza y de acompañamiento de las comunidades, asegurando que trabajamos como un solo cuerpo y un solo espíritu y garantizando que caminamos y cocreamos junto con los refugiados, a través de la escucha, el apoyo y la construcción de la esperanza.