Acompañar a Siria en 12 años de guerra y tras el terremoto
15 marzo 2023
«Tres semanas después del mortífero terremoto que destruyó la ciudad de Alepo, la gente ha empezado a adaptarse de alguna manera a la nueva situación. Se han retirado algunos escombros y otros permanecen, pero los escombros físicos solo cuentan una parte de la historia».
El padre Tony O’Riordan, SJ, director del JRS en Siria, describe la situación en Alepo destacando que el peor de todos los escombros es el psicológico. El terror causado por el terremoto es solo el desafío más reciente a la resiliencia de una población que ya se ha enfrentado a 12 años de guerra, a la pandemia del COVID-19, a la epidemia de cólera y a una pobreza paralizante debido a la guerra y a las sanciones.
«La gente a menudo necesita hablar de su sufrimiento. Algunos de ellos han perdido familiares o están en los refugios o durmiendo a la intemperie, por lo que es importante apoyar a los supervivientes no solo con tratamiento médico, sino también ofreciéndoles una actitud comprensiva y un espacio seguro», dice el padre O’Riordan.
El JRS ha reanudado y ampliado sus servicios de atención sanitaria, ofreciendo apoyo psicológico y psicosocial como parte integral del servicio médico para atender tanto las necesidades físicas como las psicológicas. El JRS también está distribuyendo alimentos con el objetivo de llegar a unas cuarenta mil personas durante los próximos seis meses, ya que la población, especialmente los niños, corre un grave riesgo de desnutrición.
«Es una tarea muy costosa, pero —cuando calculamos las cifras medias— vimos que por menos de un euro al día podemos proporcionar a un integrante de una familia alimentos suficientes para que sobreviva al menos durante aproximadamente un mes. Por tanto, cinco euros mantendrían a una familia de tamaño medio durante un día, y treinta y cinco euros a una familia durante una semana. Estas pequeñas contribuciones financieras son una manera increíble para que la gente de otras partes del mundo ayude al JRS a servir a los sirios en estos tiempos difíciles», añade el padre O’Riordan.
Siria necesita desesperadamente ayuda humanitaria a corto plazo. No será fácil para los sirios recuperar la sensación de seguridad y poder hacer frente a los tremendos retos a los que se enfrentaban antes de la catástrofe. La inversión a largo plazo en soluciones duraderas es absolutamente necesaria, no solo para reconstruir las infraestructuras destruidas, sino también las vidas y el futuro de una población que lleva 12 años sufriendo.
Antes del terremoto, el mundo se había olvidado de Siria. No dejemos que vuelva a ocurrir.