40 años de acompañamiento: Hermana Jacinthe Kizo
08 junio 2020
La hermana Jacinthe Kizo, de la República Centroafricana (RCA), es experta en educación y ha coordinado diferentes colegios católicos de Bangui desde 2012. Cuando se incorporó a su nuevo puesto, la hermana Jacinthe se sorprendió por la falta de escuelas y el lamentable nivel educativo tanto de estudiantes como de docentes en la región. Para hacer frente a esta situación, centró su labor en la capacitación de maestros y directores y en un plan de trabajo común entre las escuelas. Puso en marcha alianzas que implicaron al gobierno de la RCA y a otras organizaciones, entre estas el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS). Actualmente, con el apoyo del JRS, el número de escuelas católicas en Bangui ha pasado de 10 a 38, y se han creado otras diez escuelas en las aldeas de la región.
¿Cómo era tu vida y qué estaba sucediendo cuando te involucraste por primera vez con el JRS?
Desde que [las escuelas católicas de la diócesis de Bangui] comenzamos a trabajar con el JRS, experimentamos una mejora notable. Por ejemplo, cuando propusimos la creación de escuelas provisionales durante la crisis armada y política que sufrió la RCA en 2013, el primer equipo del JRS nos acompañó. Además, cuando el Arzobispo puso en marcha un proyecto para construir escuelas en las aldeas de los alrededores de Bangui, el JRS fue realmente de gran ayuda. En 2016, capacitaron a los 60 maestros de la comunidad [en algunas comunidades locales y en algunos asentamientos de refugiados eran los mismos padres quienes se encargaban de enseñar a los niños], y en 2017, se preparó a los directores de las escuelas de las aldeas. También nos proporcionaron 100 pupitres escolares nuevos. Más recientemente, en septiembre de 2019, el JRS organizó una capacitación sobre reciclaje para los 60 maestros de la comunidad.
¿En qué punto de tu vida te encuentras en estos momentos?
Me siento bien con mi vida, especialmente con mi trabajo. Cuando me veo en el centro de formación y pienso en el futuro de toda una generación, soy consciente de que no se trata solo del futuro de una nación sino de toda una iglesia, esa es mi gran alegría. Tal y como me gusta decir cuando bromeo sobre mi vocación, se trata de poner de pie a un ser humano. Esto es exactamente lo que hago todos los días cuando participo en la educación y formación de los niños.
¿Cómo ha marcado la diferencia en tu vida el JRS?
La diferencia que ha hecho el JRS gracias a nuestra alianza es notable. Primero, como ya mencioné, está la creación de escuelas provisionales en 2013 en los asentamientos de desplazados, con el apoyo del JRS. En segundo lugar, tenemos la formación de maestros de la comunidad en las escuelas de las aldeas en 2016 y la preparación de directores en 2017. No quiero olvidarme de la tan necesaria dotación de kits escolares y pupitres. Esto marcó una gran diferencia para los niños, que son los principales beneficiarios.
El JRS habla sobre caminar junto a las personas a las que servimos y acompañarlas en su camino. ¿Qué significa para usted el acompañamiento?
Acompañamiento es una palabra con muchos significados, de los que podemos mencionar la acción de estar con alguien, de guiar o apoyar a esta persona, hasta que esta sea autosuficiente.
En el contexto de nuestra misión educativa, podríamos decir que acompañamiento es apoyar a las escuelas hasta el final. Desde que se levantan las infraestructuras – las aulas, por ejemplo – hasta la contratación y formación de los docentes, y el suministro de los kits escolares, si es necesario. Toda una labor que se realiza a través de una colaboración honesta cuyo objetivo es un resultado eficaz. El acompañamiento debe ser global y llevarse hasta el final. En muchos casos, los actores no tienen una determinación o compromiso plenos. Comienzan un proyecto pero no lo terminan. Otro desafío es que algunas personas piensan que solo se refiere a lo material. Pero el acompañamiento podría ser formar como lo hace el JRS.