La comida, el agua, el refugio, la ropa y el acceso a la atención sanitaria vienen a la mente cuando se considera la situación de los refugiados. Sin embargo, hay que atender otras necesidades en situaciones en las que los refugiados se encuentran desplazados durante períodos cada vez más largos. En estas situaciones prolongadas, la vida no puede quedar en suspenso indefinidamente: los niños tienen derecho a una educación de calidad, y los adultos necesitan aprender la lengua de su comunidad de acogida y adquirir conocimientos para mantener a sus familias.

Los programas del JRS abarcan desde el desarrollo de la primera infancia hasta la educación postsecundaria y la formación profesional para adultos. Creemos que una educación de calidad impregnada de los valores del JRS contribuye de forma única a las soluciones duraderas y a largo plazo para los refugiados.

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