2025 en retrospectiva: cuatro momentos decisivos de esperanza

27 diciembre 2025

2025 ha sido un año difícil, pero nos ha revelado algo más profundo: descubre los cuatro momentos decisivos de esperanza. Una madre con su hijo, Indonesia, 2025 (Yulianus Ladung/Servicio Jesuita a Refugiados)
Una madre con su hijo, Indonesia, 2025 (Yulianus Ladung/Servicio Jesuita a Refugiados)

2025 ha sido un año difícil; sin embargo, nos ha mostrado algo más profundo: si nos unimos y nos apoyamos mutuamente, todavía podemos tener esperanza en un futuro en el que nadie quede atrás.

Este año ha marcado un cambio peligroso para la vida de las personas más vulnerables. Hemos sido testigos de primera mano del giro hacia un nuevo orden mundial en el que la solidaridad, el cuidado y la igual dignidad de todas las personas han sido objeto de graves ataques.

El aumento de la violencia en todo el mundo, la intensificación de los desastres naturales y la creciente escasez de recursos siguen desplazando a millones de personas. Aun así, el sistema internacional creado para apoyar a las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza está siendo desmantelado. Crece la hostilidad y la indiferencia hacia las personas refugiadas y migrantes, que son sometidas a tratos crueles e inhumanos. En este nuevo contexto global, las personas más vulnerables ya no solo son ignoradas, sino que ahora están siendo activamente excluidas.

A pesar de todo, hemos aprendido que la esperanza puede perdurar incluso en las circunstancias más desesperadas cuando nos unimos. Si cultivamos una cultura de solidaridad, podemos crear un futuro en el que prevalezcan la paz y la dignidad humana.

Descubre los cuatro momentos decisivos de esperanza que han marcado nuestro 2025:

1. Las comunidades siguieron apoyándose mutuamente a pesar de los recortes en las ayudas:

Cuando se anunciaron los recortes a la ayuda humanitaria, JRS, al igual que muchas otras organizaciones, se vio obligada a cerrar oficinas, reducir personal y reducir presupuestos. Esto ha afectado a comunidades vulnerables en todo el mundo.

“Algunos llegan aquí, a los campamentos o a los centros de acogida, pensando que su vida ha terminado. Pero si comprenden a las otras comunidades, si se les orienta hacia una visión intercomunitaria, pueden apoyarse mutuamente,” Alamedin Abdulrahman, refugiado sudanés que trabaja con el JRS como visitador domiciliario en Sudán del Sur.

En países como Uganda y Sudán del Sur, hemos seguido respondiendo mediante el fortalecimiento de nuestro enfoque basado en la comunidad. “¿Cómo podemos seguir apoyando a las comunidades para que sean más autosuficientes y resilientes con menos fondos disponibles? Queremos fortalecer la resiliencia que hasta ahora hemos construido con las personas con las que hemos trabajado,” Christina Zetlmeisl, JRS Uganda.

2. La pérdida del Papa Francisco y el compromiso del Papa León de hacer frente a la indiferencia:

Con la muerte del Papa Francisco, los refugiados han perdido a un defensor inquebrantable y apasionado. A lo largo de toda su vida, siempre estuvo del lado de las personas refugiadas y nos exhortó a hacer lo mismo.

El Papa Francisco con refugiados y migrantes en el Centro Astalli/JRS Italia.

El Papa León XIV ha reafirmado el firme compromiso de la Iglesia con las personas migrantes y refugiadas. En su primera exhortación apostólica, Dilexi Te, recordó: « La Iglesia, como madre, camina con los que caminan. […] Sabe que el anuncio del Evangelio sólo es creíble cuando se traduce en gestos de cercanía y de acogida; y que en cada migrante rechazado, es Cristo mismo quien llama a las puertas de la comunidad ».

En su homilía con motivo del Jubileo de los Migrantes, el Papa León nos instó a abrir los brazos y el corazón a las personas que llegan desde tierras heridas. Inspirados por este llamamiento, en JRS nos reunimos para caminar junto a las comunidades desplazadas. Las oficinas de JRS en todo el mundo organizaron peregrinaciones, procesiones, misas y oraciones públicas con personas refugiadas y con las comunidades que las acogen, uniendo a las personas e inspirando un movimiento global que construye puentes de esperanza y solidaridad.

Jubilee of Migrants

3. Las personas refugiadas han sido portadoras de esperanza incluso en los momentos más difíciles

Recho ha sido declarada heroína nacional en Kenia

Recho, una profesora de JRS en el campo de refugiados de Kakuma fue declarada una de las heroínas nacionales de Kenia de este año por su trabajo en temas medioambientales en la escuela donde enseña en Kakuma. Partiendo de cero, logró crear un oasis verde y frondoso con un huerto que ahora complementa las comidas de los estudiantes más vulnerables.

Recho con sus alumnos en el campamento de refugiados de Kakuma (Servicio Jesuita a Refugiados).

Faith ha cumplido su sueño de trabajar en una pastelería en Italia

Faith huyó de Nigeria y cruzó el Mediterráneo — una de las rutas más peligrosas — para llegar a Italia. Una vez allí, fue acogida por Centro Astalli/JRS Italia.

En Roma, finalmente ha podido cumplir su sueño y trabajar en una pastelería.

“He vuelto a ser feliz”, Faith, refugiada de Nigeria.

Lemlem e Isaac han abierto su propia barbería en Etiopía

Lemlem y su esposo Isaac vivieron durante varios años en un campo de refugiados en la frontera con la República Democrática del Congo, hasta que el gobierno les permitió regresar a Addis Abeba, Etiopía.

Allí, finalmente hicieron realidad su sueño: abrir su propia barbería para apoyar a su familia y a su comunidad.

Lemlem trabajando en la barbería que posee junto a su esposo (Servicio Jesuita a Refugiados).

4. Estamos llamados a construir comunidades de solidaridad

Frente a estos desafíos, muchas personas en todo el mundo se han negado a sumarse a este retroceso de la solidaridad. Nos han demostrado que un mundo diferente es posible.

A través de actos concretos de solidaridad a nivel local, hacemos posible que todos contribuyamos a un futuro compartido, uno en el que todas las personas sean bienvenidas, respetadas y valoradas.

Ya no hay excusas. Debemos unirnos y actuar —ahora. Ayúdanos a construir comunidades de solidaridad.