Líbano: Conoce a Yasmine, una madre refugiada muy trabajadora

19 marzo 2021

Dibujo de una madre refugiada y su hijo realizado por la tutora de bordado, Manar Youssef, en el centro Bar Elias con motivo del Día de la Madre, que se celebra el 21 de marzo en el Líbano.
Dibujo de una madre refugiada y su hijo realizado por la tutora de bordado, Manar Youssef, en el centro Bar Elias con motivo del Día de la Madre, que se celebra el 21 de marzo en el Líbano.

Yasmine*, de 31 años, es una madre refugiada originaria de Siria que asistió a algunos cursos en el centro social del JRS en Bar Elias. Como tantas mujeres en esta región del mundo, su vida se ha visto trastocada por los conflictos de los últimos años. Huyó al Líbano en 2015 en condiciones muy duras. Sin embargo, de todas las pruebas de los últimos años, Yasmine dice sin dudar que la más difícil ha sido «ser separada a la fuerza de mis hijos y quedarme sola en 2017».

Luchando por recuperar a sus hijos

Cuando Yasmine llegó sola con sus tres hijos al Líbano en 2015, vivía con sus padres en Bar Elias, que la apoyaban económicamente. Sin embargo, esta situación no duró demasiado, ya que decidió trabajar y mantener a sus hijos por sí misma. Empezó a vender ropa de lana hecha a mano (una habilidad que adquirió en Siria), y trabajó en un salón de belleza, una profesión que le gusta y disfruta.

Meses después, su exmarido se unió a ellos y Yasmine se mudó a otra casa con él. Pero surgieron problemas en su relación, y ella le pidió el divorcio en 2017. Sin embargo, no fue una decisión sin sacrificios. «Durante el proceso de divorcio, mi exmarido me dio dos opciones. O dejarle mis niños para que él los mantuviera económicamente o la opción contraria. Por supuesto, elegí quedarme con ellos y asumir toda la responsabilidad», explica Yasmine.

Cuando Yasmine registró su divorcio en el Líbano, el tribunal le concedió la custodia de los niños. Sin embargo, inesperadamente, su exmarido se llevó a sus hijos y desapareció sin dejar rastro. Yasmine tuvo que decidir: ¿debía abandonar a sus hijos a su suerte o debía buscarlos, con todos los riesgos que ello conlleva?

Yasmine eligió buscarlos. Durante diez meses, persiguió cualquier pista sobre su paradero con una intensidad a la altura de cualquier investigador privado. Preguntó tenazmente a familiares, conocidos y amigos hasta que un día recibió información sobre su posible ubicación en Siria. Cruzó la frontera y, utilizando Google Maps, se dirigió al lugar. Su determinación tuvo éxito, y ella y sus hijos vivieron un reencuentro que fue a la vez alegre y triste. Para asegurarse de que podía llevar a sus hijos de vuelta al Líbano, acudió a los tribunales de Siria y obtuvo la tutela también allí.

Un Gran Avance

Ya que era madre soltera, Yasmine era plenamente consciente de la enorme responsabilidad que supone cuidar de tres niños ella sola. Por ello, quiso desarrollar sus habilidades y buscar mejores oportunidades de trabajo. Buscó algunos cursos en la zona, y fue remitida a nuestro centro social de Bar Elias en 2019. Yasmine dice: «Asistí a los cursos de peluquería y maquillaje y terminé los dos niveles. Cada nivel duró tres meses». La tutora del centro elogió el trabajo de Yasmine, sobre todo porque fue rápida en aplicar lo aprendido.

Yasmine's beaty salon at her place.
El salón de belleza de Yasmine en su casa.

A principios de 2020, Yasmine llevó su experiencia en maquillaje y peluquería a otro nivel. Montó su propio salón de belleza en su casa y compartió toda la información con sus amigos a través de WhatsApp. Conseguir que la gente confiara en ella no fue fácil. «Me enfrenté a muchas dificultades al principio, los clientes solían dudar de mi trabajo y mi experiencia. Sin embargo, con el tiempo se dieron cuenta de que soy buena en lo que hago y al final siempre estaban contentos con el resultado», describe Yasmine con entusiasmo.

Poco después, Yasmine puso en marcha una tienda de ropa en línea. Comparte fotos de los artículos con sus clientes y luego entrega los pedidos a sus casas. Esta empresa y su experiencia en el centro social le han aportado un gran crecimiento personal. Como ella misma dice: «Mi iniciativa requiere mucha interacción social. Gracias al centro social, he ganado confianza en mí misma y me he atrevido a socializar con los demás. Antes era una persona muy introvertida y tímida».

En 2021, Yasmine está orgullosa de sí misma. Superando los retos que le ha presentado la vida, ha podido desarrollarse como persona y mantener a su familia. Es una refugiada, una madre soltera y una mujer trabajadora que persistió contra viento y marea para mantener a sus hijos con ella. «Es una gran responsabilidad criar a mis hijos sola. Pero cuando veo las sonrisas en sus caras al final del día, olvido todo el cansancio y las dificultades», concluye Yasmine.

Yasmine* es un nombre ficticio utilizado para mantener la confidencialidad.

Es una gran responsabilidad criar a mis hijos sola. Pero cuando veo las sonrisas en sus caras al final del día, olvido todo el cansancio y las dificultades.
Yasmine, madre refugiada de Siria.