Jóvenes desplazados celebran la unidad en un partido de fútbol en Uganda
21 noviembre 2023
En una temprana mañana de noviembre en Adjumani, un coro de voces rompe el tenso silencio que anticipa el comienzo del torneo de fútbol. El campo de fútbol de tierra batida está poblado de camisetas verdes y naranjas para diferenciar a los equipos. Al pitido del árbitro, chicos y chicas corren hacia el balón, mientras que los mayores, las mujeres, los hombres y el personal del JRS los rodean animándolos.
El torneo de fútbol forma parte de las actividades para celebrar los 30 años de servicio del JRS Uganda en el país. Organizado por los equipos del JRS in situ, el torneo contó con la participación de todos, mujeres, hombres, chicos y chicas de las comunidades a las que servimos.
«Me conmovieron varios momentos de este día. La comunidad no suele permitir que las jóvenes dinka jueguen al fútbol; sin embargo, en esta ocasión chicas y chicos compartieron el campo de fútbol y durante los partidos, una joven no solo chutaba el balón, sino que también cuidaba de su hija. Cuando la niña lloraba, corría a la línea, le daba de comer y luego volvía corriendo a su sitio. Su determinación es realmente inspiradora», dijo el padre Lesantha, coordinador de los servicios pastorales del JRS Adjumani.
Desde junio, los jóvenes líderes han estado preparando a sus equipos, entrenando a jóvenes y niños. Los padres y ancianos de las comunidades también participaron con entusiasmo, animando a los equipos y fomentando el sentido de unidad, tanto en los días soleados como en los lluviosos.
«Este programa especial tiene tres objetivos principales: reunir a las distintas comunidades, fomentar el liderazgo de los jóvenes en la organización, planificación y dirección de sus equipos, y promover el amor al fútbol como juego que nos acerca a los demás», comentó el padre Lesantha.
Y concluyó: «Estoy profundamente agradecido por la participación de la comunidad en el torneo, tuvimos la oportunidad de pasar tiempo juntos con el personal del JRS y con la gente a la que servimos. No celebramos los 30 años de desplazamiento forzoso de nuestros hermanos y hermanas refugiados, pero expresamos nuestra gratitud por el acompañamiento y el apoyo mutuo como comunidad durante estos años. Aunque el JRS espera que no haya necesidad de conmemorar el 31º año porque ya nadie se verá obligado a abandonar sus hogares, sabemos que seguiremos caminando con los refugiados si esto no sucede».