El acompañamiento como forma de servir a los refugiados en Indonesia: entrevista con el Padre Dam SJ
02 septiembre 2024
¿Podría presentarse?
Me llamo Dam Febrianto y soy sacerdote jesuita. Antes de entrar en la Compañía de Jesús, trabajé en la industria de la acuicultura.
¿Qué le llevó a servir a los refugiados?
Conocí el trabajo del JRS Indonesia durante mi programa de candidatura para ser jesuita. Me impresionó su trabajo y empecé a pensar que si me aceptaban como jesuita, tal vez trabajar con refugiados sería mi futuro ministerio. Entonces, después de terminar mi programa de filosofía, mientras los jesuitas en formación trabajábamos en uno de los ministerios jesuitas en Indonesia, elegí trabajar con el JRS. El provincial aceptó mi voluntad y, en 2016, me uní al JRS como responsable in situ.
¿Puede contarnos algo más sobre el contexto local en el que trabaja? Y ¿cuáles son los principales retos para las personas a las que servimos?
Actualmente, el JRS Indonesia atiende a refugiados y solicitantes de asilo, pero, antes de 2010, atendíamos a desplazados internos por conflictos sociales y también por desastres naturales, como el tsunami de 2004, en el que muchas personas perdieron la vida.
Actualmente llevamos a cabo dos proyectos, «Journey Project» en Bogor y Yakarta, y «Protecting Refugees» en Aceh. Cuando hablamos de refugiados en Bogor y Yakarta, nos referimos a refugiados que viven en entornos urbanos y entre la población local. Cuando hablamos de refugiados en Aceh, nos referimos a personas que viven en campamentos temporales.
El número de refugiados en Indonesia no es elevado: ronda las 12 500 personas, pero el problema es que los refugiados en Indonesia no pueden trabajar. El Gobierno prohíbe a los refugiados trabajar o dedicarse a actividades generadoras de ingresos, por eso les resulta muy difícil satisfacer sus necesidades básicas.
¿Cómo responde el JRS a sus necesidades?
En Bogor y Yakarta, el JRS cubre las necesidades básicas y lleva a cabo actividades psicosociales y educativas en colaboración con las comunidades de refugiados. No solo les ofrecemos ayuda económica para las necesidades diarias, sino que también los asistimos para la atención sanitaria, ya que les resulta difícil acceder a los hospitales porque no tienen dinero para acceder a los tratamientos médicos que necesitan.
El JRS Indonesia no es la única organización que trabaja con refugiados en Indonesia. Hay otras organizaciones que prestan asistencia en el país y el JRS, a través de una evaluación de las necesidades, trata de entender lo que todavía se necesita, lo que falta. Si vemos que todavía se necesita ayuda financiera, ayudamos a los refugiados económicamente y si quieren mejorar sus habilidades, prepararse para cuando haya una oportunidad de reasentarse en un tercer país, también trabajamos en este ámbito, proporcionando educación y formación certificada.
El principio de nuestro servicio comunitario es que colaboramos con los refugiados: colaboramos con las comunidades de refugiados en la gestión de centros, como los centros educativos, en la creación de actividades psicosociales, como la artesanía, costura, sastrería, y algunos programas de educación o aprendizaje de idiomas. Hacemos todas estas cosas junto con ellos. Antes teníamos un centro de aprendizaje del JRS, pero ahora lo llamamos nuestro centro comunitario para refugiados. De este modo, los refugiados pueden utilizar las instalaciones y trabajar con nosotros para desarrollar un programa y luego ponerlo en práctica juntos.
¿Puede contarnos algún encuentro o acontecimiento especialmente transformador que le siga inspirando en su compromiso con el JRS?
Creo que el encuentro personal con los refugiados es muy importante y es algo que me ha transformado. Acompañar a los refugiados no significa solo prestarles servicios, sino estar con ellos, hablar con ellos y sentirme inspirado por ellos. Esto es lo que me ha motivado a seguir trabajando con los refugiados durante casi cinco años. Fui funcionario local a lo largo de tres años.
Me reunía a diario con los refugiados y me inspiraba su talento, su voluntad de servir a los demás a pesar de las muchas dificultades. Todos ellos tienen sus problemas personales, pero siguen dispuestos a servir a la comunidad. Así que es muy importante conocer esta realidad y por eso creo que el encuentro personal es importante.
¿Qué espera del futuro de las comunidades con las que trabaja?
Esa es también la esperanza de nuestros amigos refugiados que participan activamente en la comunidad y tienen iniciativas para servir a la comunidad; quieren salir de sus casas para hacer algo bueno, sobre todo los jóvenes refugiados. Por eso, es importante que los refugiados mantengan la esperanza en un futuro mejor, que realicen muchas actividades positivas, que estudien, que asuman responsabilidades, que acepten oportunidades para aumentar sus capacidades. Así que es muy importante, mientras están en periodo de espera en Indonesia, que hagan algo bueno por sí mismos y por la comunidad.