Dos familias refugiadas se ganan la vida creando sus propios pequeños negocios en Etiopía

01 mayo 2025

Los refugiados obligados a huir de sus hogares dejan mucho atrás. Desarrollar sus talentos y construir pequeños negocios es crucial.
Lemlem trabajando en la barbería que posee junto a su esposo (Francesco Malavolta/Servicio Jesuita a Refugiados).

Cuando se ven obligados a huir de sus hogares, los refugiados dejan mucho atrás, pero no todo. Sus habilidades, experiencias y conocimientos permanecen con ellos y al servicio de su deseo de contribuir productivamente a sus nuevas comunidades. 

Desarrollar sus talentos y mejorar el acceso a oportunidades de trabajo resulta crucial, no solo para ganarse la vida o mantener a sus familias, sino también para expresarse, desarrollar todo su potencial e integrarse pacíficamente en la sociedad. 

Ahmed y Semira: Tienda de perfumes e incienso 

Ahmed frente a la tienda de incienso y perfumes, gestionada por él y su esposa Semira (Francesco Malavolta/Servicio Jesuita a Refugiados).

Ahmed y su familia llegaron a Etiopía en 2018, huyendo de la guerra en Yemen, en la que él había combatido junto a su padre cuando tenía entre 13 y 15 años.  

La familia logró escapar de la guerra y encontró refugio en Adís Abeba, donde Ahmed conoció a Semira.  

Ahmed y Semira se casaron en 2021 y tienen dos hijos pequeños, de un mes y tres años respectivamente.  

Viven en la casa familiar en las afueras de Adís Abeba, donde comenzaron a producir incienso y perfumes. Al principio, el negocio funcionaba a pequeña escala y no era suficiente para mantener a toda la familia. En julio de 2023, conocieron al JRS, que les ofreció formación en ahorro y gestión empresarial, así como un capital inicial. Con este apoyo, la familia ha conseguido ampliar su negocio y convertirse en proveedores mayoristas. 

Su sueño es continuar sus estudios y mudarse a otro país para poder ofrecerles a sus hijos la vida que desean. 

Lemlem e Isaac: Barbería 

Isaac trabajando en la barbería de su familia (Francesco Malavolta/Servicio Jesuita a Refugiados).

Lemlem e Isaac, originarios de Etiopía y la República Democrática del Congo (RDC) respectivamente, se casaron en 2014. Vivieron juntos en un campo de refugiados en la frontera con la RDC durante varios años, hasta que el Gobierno les permitió regresar a Adís Abeba, Etiopía. 

Al principio, su amor se enfrentó a dificultades. Sus comunidades no aceptaron inmediatamente su unión. Sin embargo, con el tiempo, al ser testigos de la fuerza de su vínculo, acabaron aceptando y bendiciendo su matrimonio. 

Mientras estaban en el campamento, Isaac ya trabajaba como barbero, por lo que, una vez que salieron del campamento, decidieron continuar juntos con el negocio. 

Lemlem e Isaac participaron en varios cursos de formación profesional con el JRS, entre ellos cursos de formación empresarial y de ahorro. Luego, en 2023, recibieron un préstamo empresarial que les permitió comprar mejor equipo para su barbería y aumentar sus ingresos, lo que les permitió mantener a su familia y la educación de su hijo, así como ayudar a la comunidad al contratar a varios jóvenes etíopes que ahora trabajan con ellos.