En algunas comunidades, tener un hijo con discapacidad puede considerarse un castigo divino. Ocultar a estos niños en casa, dejarlos desatendidos sin comida ni agua mientras la madre recoge leña, o negarles el acceso a la educación, no es una práctica infrecuente.

Los equipos del JRS en Maban ofrecen sesiones de rehabilitación y fisioterapia para niños con problemas de movilidad e incapacidad intelectual. También ofrecen sesiones psicoeducativas, asesoramiento y actividades de sensibilización que tienen un impacto significativo en el bienestar del niño, del cuidador y de la familia.

Azake, 12 años, originario de Sudán del Sur

“Azake solía pasarse todo el día en casa tumbado”, dice su padre. Originaria de Sudán, la familia de Azake encontró refugio en Maban, Sudán del Sur, en 2011, justo antes de que él naciera. Sus sospechas sobre el estado de Azake surgieron pronto, en parte debido a su nacimiento prematuro durante el estresante viaje.

A medida que Azake crecía, se hizo evidente que no podía caminar como sus hermanos, lo que finalmente llevó a la comprensión de que nunca lo haría.

En 2020, los equipos del JRS in situ se dieron cuenta de su situación y le proporcionaron a Azake una silla de ruedas. “Ahora puede ir a la escuela con la ayuda de uno de sus hermanos”, explicó su madre.

Manali Musa, 13 años, originaria de Sudán

Las dificultades para caminar de Manali Musa surgieron cuando era niña. Su madre las notó por primera vez al principio de su desarrollo.

Tras abandonar su hogar en Sudán, Manali Musa y su madre conocieron al JRS en Maban, que, a través de servicios de fisioterapia y rehabilitación, le permitió caminar y ser independiente, con cierto apoyo para distancias más largas.

Servicios de fisioterapia a medida para niños refugiados con discapacidad

El centro de rehabilitación para niños gestionado por el JRS en el campamento de refugiados de Maban es un espacio seguro donde los cuidadores no solo reciben formación sobre cómo ayudar a sus hijos mediante masajes y el uso de dispositivos de movilidad, sino que también aprenden a crear entornos inclusivos en casa para que sus hijos puedan participar en la vida diaria y también cuáles son los derechos de los niños a pesar de sus discapacidades.

La mejora de las condiciones de los niños y las actividades de concienciación de la comunidad han cambiado radicalmente la vida de los niños y sus familias, que ahora tienen las mismas aspiraciones para sus hijos que los demás niños: educación, terminar los estudios y conseguir un trabajo para un futuro mejor.

*este artículo fue publicado originalmente por el JRS Eastern Africa