Cómo acompaña el JRS a los refugiados en Malasia: entrevista con Jasmeen
17 septiembre 2024
Por favor, ¿podría presentarse?
Mi nombre es Jasmeen Lorna Laurence. Comencé mi viaje con el JRS en 2019 en el JRS Tailandia, en Bangkok, trabajando con la unidad de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS). A finales de 2023, regresé a Malasia para ayudar a instituir el JRS Kuala Lumpur con el apoyo continuo de nuestra oficina regional, del equipo de Tailandia y de nuestro socio, Young Lives Malaysia. Estoy profundamente agradecido al equipo del JRS Malaysia por su dedicación y pasión para hacer realidad nuestra misión.
¿Qué la llevó a servir a los refugiados?
Hace diez años, mientras estudiaba Psicología, empecé a trabajar como voluntaria con niños refugiados de Myanmar, en Malasia. Esta experiencia reveladora me mostró la dura realidad de la injusticia y la desigualdad, donde a menudo se niegan los derechos básicos. A través de esta experiencia pude establecer vínculos significativos con la comunidad, lo que me inspiró para pasar a la acción; aprendí que podemos crear espacios impactantes donde la gente se sienta valorada y aceptada, y estoy agradecida a la comunidad por acogerme con tanta calidez y apertura.
¿Puede contarnos algo más sobre el contexto local en el que trabaja?
Malasia acoge a más de 190 000 refugiados. Sin embargo, como Malasia no ha ratificado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, no existe un marco jurídico oficial que proporcione protección y salvaguarde los derechos de los refugiados y solicitantes de asilo. Esta falta de protección obliga a los refugiados a vivir en un estado constante de miedo e incertidumbre, exponiéndose con frecuencia a arrestos, detenciones, denegación de servicios esenciales y discriminación. En respuesta a estos retos, diversos proveedores de servicios y particulares —tanto locales como de las comunidades de refugiados— se dedican a colmar estas lagunas y ofrecer apoyo esencial. A pesar de las duras situaciones que soportan, los refugiados están profundamente implicados en ayudarse mutuamente y mejorar su comunidad. Trabajan duro para superar los retos a los que se enfrentan y se apoyan mutuamente. Su dedicación a ayudarse mutuamente y a construir su comunidad refleja su notable resistencia y solidaridad.
La mayoría de los refugiados en Malasia proceden de Myanmar, incluidos los rohinyá y otros grupos étnicos como arakaneses, chin, kachin, karén, mon y shan. Además, hay refugiados de otros países como Pakistán, Somalia, Afganistán, Siria, Irak, Yemen, Palestina, Sri Lanka y otros.
¿Cómo responde el JRS a las necesidades de los refugiados en Malasia?
Desde nuestra creación hace menos de un año, el JRS Malaysia ha hecho de la educación una piedra angular de nuestra misión de empoderar a las personas. Ofrecemos cursos de inglés certificados en colaboración con Jesuit Worldwide Learning, proporcionando habilidades esenciales que abren nuevas oportunidades para el crecimiento personal y profesional.
Nuestros programas también incluyen formación en habilidades digitales y prácticas con el JRS Singapore. Estas prácticas ofrecen a los estudiantes una valiosa exposición a diversos entornos profesionales, ayudándolos a adquirir experiencia práctica y a desarrollar sus trayectorias profesionales.
También ofrecemos formación a medida para que los profesores de los centros de aprendizaje dirigidos por refugiados mejoren sus habilidades. Al colaborar estrechamente con estos centros, abordamos sus necesidades y puntos fuertes únicos, centrándonos en estrategias de enseñanza eficaces, prácticas informadas sobre traumas y aprendizaje socioemocional. Este enfoque personalizado ayuda a los educadores a apoyar mejor a sus alumnos y a mejorar los resultados educativos.
Además, nuestros programas integran prácticas de protección para crear un entorno integrador y de apoyo que atienda tanto las necesidades académicas como las emocionales. Nuestros profesores de la comunidad aportan valiosas experiencias personales y conocimientos profesionales a nuestros programas.
¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta en su trabajo?
Un reto importante es la falta de un enfoque sostenible para apoyar a la comunidad de refugiados. Esta situación pone de relieve la necesidad de colaborar con otras organizaciones y partes interesadas. Me ha inspirado la dedicación y el duro trabajo de los refugiados que gestionan sus propios centros y organizaciones de aprendizaje y nuestros diversos dones y fortalezas deben unirse para crear un cambio significativo.
Otro reto es la falta de reconocimiento legal de los refugiados en Malasia. Esto crea un riesgo constante de arresto, detención y deportación, lo que pone a la comunidad en una situación peligrosa y vulnerable.
Además, los refugiados sufren una importante discriminación. Tenemos que centrarnos en fomentar la seguridad física y psicológica de los refugiados y crear un entorno en el que tengan un sentimiento de pertenencia y aceptación; es un proceso largo e intencionado, pero crucial para construir comunidades integradoras.
¿Qué significa para usted el acompañamiento?
Para mí, acompañamiento significa viajar junto a las personas, guiada por sus voces y experiencias. Es esencial no dar por sentado ni imponer el acompañamiento, ya que puede tener un aspecto y un significado diferentes para cada persona. Es crucial comprender y respetar las necesidades y aspiraciones únicas de aquellos a quienes servimos y, además, debemos ser conscientes de que nuestras acciones y palabras pueden empoderar o desempoderar a otros, por lo que es importante ser conscientes de este impacto.
En los últimos cinco años en el JRS, he tenido la suerte de estar acompañada por muchas personas maravillosas. Su apoyo ha sido inestimable y ha profundizado mi comprensión de lo que significa el verdadero acompañamiento.
¿Cómo cree que las personas o las organizaciones pueden contribuir al bienestar de los refugiados o a mejorar su situación en Malasia?
La verdad es que no podemos cambiar el mundo ni salvar a nadie, pero podemos marcar la diferencia a nuestra manera respetando la dignidad de las personas. Incluso los pequeños actos de bondad pueden tener un impacto significativo. Ser intencionales comprometiéndonos de verdad con las personas y viéndolas más allá de su dolor. Todo el mundo tiene algo valioso que aportar y, con las oportunidades adecuadas, puede tener un impacto significativo en la sociedad. También debemos ser conscientes de nuestros propios privilegios y utilizarlos para apoyar a los demás, creando más oportunidades y marcando una diferencia positiva. Recordemos que nadie elige huir de su hogar, sino que se ve obligado a hacerlo. Reconocer su valentía y resistencia nos ayuda a ofrecerles el apoyo que necesitan para reconstruir sus vidas con dignidad y esperanza.
¿Qué espera del futuro de las comunidades a las que servimos?
Espero un futuro en el que todos puedan vivir con seguridad, tanto física como psicológica, y tengan la oportunidad de prosperar. Espero que puedan vivir con seguridad y libertad, y llevar una vida que les resulte significativa y satisfactoria.