40 años de acompañamiento: Rvda. Claudine
28 abril 2020
La Rvda. Claudine Leary es una superviviente del genocidio en Ruanda de 1994. Su experiencia y oportunidades educativas proporcionadas por el JRS la han ayudado a unir a su comunidad para ayudar a otros. Ahora, como Directora de Desarrollo de la Escuela Teológica Metodista de Ohio y Directora Ejecutiva y Cofundadora de Watoto Read, Claudine sigue defendiendo la educación de los niños y los jóvenes que viven en los campamentos de refugiados en el África Subsahariana.
Descríbanos su vida y lo que estaba sucediendo cuando empezó a trabajar por primera vez con el JRS.
Soy originaria de Ruanda, y era estudiante de primer año en la universidad de Rugengeli cuando se desató el genocidio. Había recibido una beca para asistir a esta universidad y estaba entusiasmada con el futuro. Gracias a Dios, salí de la ciudad. En mi huida, primero llegué a la República Democrática del Congo y, después, al campamento de refugiados de Dzaleka en Malaui, donde conocí, por primera vez, al JRS.
El JRS estaba haciendo muchas cosas buenas en el campamento. El personal y los voluntarios del JRS nos escuchaban y mostraban una atención y compasión que necesitábamos desesperadamente. Pusieron en marcha proyectos de costura, corte y confección, así como de educación que ponían un paréntesis en nuestros sentimientos de dolor y desesperación. Teníamos algo que hacer cada día, pero lo más importante para mí fue la beca que me ofreció el JRS para retomar mis estudios en una universidad de Zimbabue.
¿En qué punto de su vida se encuentra hoy?
Tras terminar mi licenciatura en Zimbabue, fui reubicada a los Estados Unidos, donde completé dos títulos de educación superior: uno, en Administración de Empresas; otro, en Teología. Profesionalmente, sirvo a mi iglesia, recaudando fondos para la Escuela Teológica Metodista.
Mi corazón siempre ha estado con quienes siguen en el campamento. Así que, en 2015, reuní a mis amigos y creé Watoto Read, que fue mi forma de devolver la ayuda recibida. Watoto Read está asociada con el JRS para implementar programas educativos. Actualmente, trabajamos conjuntamente en Goz Beida, Chad, donde se vive una de las situaciones de refugio más prolongadas y olvidadas del mundo.
¿Cómo el JRS marcó la diferencia en su vida?
El JRS es el ministerio más remarcable que he conocido. El JRS estuvo conmigo cuando necesitaba ayuda para entender lo que había sucedido y el trauma por el que había pasado. Y me animaron a mirar hacia el futuro. El impacto del JRS en mi vida ha sido gradual porque no querían hacerlo por mí, sino conmigo. Estoy muy contenta de poder seguir trabajando con el JRS como contraparte de Watoto Read.
El JRS habla de caminar con las personas a las que servimos y acompañarlas en su camino. ¿Qué significa para usted el acompañamiento?
Acompañar es una hermosa palabra. Es un camino que el JRS realiza premeditadamente con refugiados vulnerables. El JRS realmente apoya a los refugiados, personas que lo han perdido todo, hasta que se valgan por sí mismas y hayan recuperado sus vidas.
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