#DoNotForgetUs

Layla pasó dos años en cautiverio en Al Raqa, Siria, antes de que su hermano pudiera rescatarla del ISIS. (Sergi Camara / Servicio Jesuita a Refugiados)
Layla pasó dos años en cautiverio en Al Raqa, Siria, antes de que su hermano pudiera rescatarla del ISIS. (Sergi Camara / Servicio Jesuita a Refugiados)

El 3 de agosto de 2014, milicianos del Estado Islámico (ISIS) pusieron en marcha un genocidio contra la comunidad yazidí en Sinjar, en el norte de Irak, que provocó la muerte y la desaparición de miles de personas. Para conmemorar el aniversario del genocidio, el JRS ha querido compartir las historias de los sobrevivientes para que se escuchen sus voces.

El 3 de agosto de 2014, milicianos del Estado Islámico (ISIS) pusieron en marcha un genocidio contra la comunidad yazidí en Sinjar, en el norte de Irak. Los hombres yazidíes que se negaron a convertirse al Islam fueron ejecutados y abandonados en fosas comunes. Se estima que unas 7.000 mujeres y niñas yazidíes, algunas de apenas nueve años, fueron esclavizadas y trasladadas por la fuerza a otras partes de Irak y del este de Siria. Mantenidas como esclavas sexuales, las sobrevivientes informaron que fueron vendidas, regaladas o intercambiadas ​​repetidamente entre los combatientes del ISIS.

Más de 3.000 mujeres siguen desaparecidas, hoy.

“¿Dónde están nuestros hombres, mujeres, niños y niñas? Sabemos que siguen en los campamentos en Siria, pero tienen demasiado miedo para decir que son yazidíes”, dice Layla, que pasó dos años en cautiverio en Al Raqa, Siria, antes de que su hermano pudiera rescatarla del ISIS.

¿Dónde están nuestros hombres, mujeres, niños y niñas? Sabemos que siguen en los campamentos en Siria, pero tienen demasiado miedo para decir que son yazidíes.
Layla, sobreviviente de genocidio de Yazidi

La mayoría de los yazidíes se sienten olvidados. Cinco años después del genocidio, cientos de miles de yazidíes viven actualmente en campamentos de desplazados o en asentamientos informales dispersos en la región del Kurdistán, en el norte de Irak, concretamente en la prefectura de Duhok. Viven expuestos a condiciones climáticas extremas y siguen sufriendo los problemas derivados de unas infraestructuras inadecuadas de agua y saneamientos.

El JRS está compartiendo las historias de los sobrevivientes para que se escuchen sus voces. En la campaña #DoNotForgetUs (No nos olviden) sabremos qué le ocurrió a la población yazidí a través de las historias de Layla, Najah, Bahar y otros, y conoceremos sus temores y esperanzas en el futuro.

En el JRS, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que garantice la seguridad del pueblo yazidí y ofrezca apoyo para la reconstrucción, la inclusión y la sostenibilidad en Sinjar.

Únase a nosotros apoyando a los yazidíes y compartiendo sus historias. No los olvidemos.

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