
Un corazón
valiente
En Chad, los equipos del JRS se dedican a proteger a los niños, asegurándose de que puedan continuar su educación.
Sadia fue reubicada en el campo de refugiados de Djabal, en el este del país. Huyó de Sudán sola con sus nueve hijos, «escapamos de las hostilidades de la guerra:
«Quiero paz para mis hijos y mi deseo es que puedan ir a la escuela en Chad».
Ahmad, un maestro sudanés en el campamento de refugiados de Djabal, es un gran modelo para los niños porque vivió en primera persona el desplazamiento en 2004. En Chad, conoció al JRS,
que le apoyó para que pudiera continuar sus estudios.
«Les cuento a los niños mi propia historia, yo también huí de Sudán y ahora soy profesor aquí. Intento explicarles que aquí pueden sentirse seguros, tranquilos y que poco a poco olvidarán los horrores por los que han pasado. En la escuela intentamos construir un futuro mejor para ellos».
Nuestros amigos desplazados nos enseñan a tener:
Un corazón valiente
Sudán
Una guerra civil interminable, combinada con catástrofes naturales,
ha sumido a Sudán en una crisis humanitaria sin precedentes.
Más de 7,3 millones de personas han sido desplazadas
y casi 18 millones sufren hambre aguda.