La cifra récord de desplazados internos exige una respuesta global sostenida

03 mayo 2020

Campamento de desplazados internos en Masisi, República Democrática del Congo. (Sergi Camara / Entreculturas)

Según el Informe Global sobre el Desplazamiento Interno de 2019, publicado hoy por el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno, el número de desplazados internos alcanzó el pasado año la cifra récord de 50,8 millones de personas, un aumento de 9,5 millones con respecto a 2018. Trabajar junto a los desplazados internos es una parte esencial de la misión global del Servicio Jesuita a Refugiados y los esfuerzos para desarrollar soluciones que den respuesta a sus necesidades deben seguir.

El mayor grupo de personas desplazadas por la fuerza en el mundo, los desplazados internos, históricamente ha quedado en el olvido, ignorados por sus propios gobiernos y olvidados por los donantes. Sin embargo, el entorno global actual plantea nuevos desafíos. “La crisis social y económica generada por la pandemia de la COVID-19 podría provocar que las personas desplazadas queden aún más relegadas”, dice Joe Cassar, SJ, director nacional del JRS Irak.

El desplazamiento prolongado debido a crisis no resueltas que obstaculizan el retorno y la insuficiencia de servicios a causa de recursos limitados o reducidos  son los dos grandes desafíos que afectan a los desplazados internos. El JRS acompaña, sirve y defiende a los desplazados internos en 14 países implementando servicios de educación, apoyo psicosocial, actividades de construcción de paz, pastorales, capacitación en técnicas agrícolas modernas o mediación para resolver disputas de tierras y otros conflictos.

Los obstáculos diarios que enfrentan los desplazados internos se agravarán con esta nueva situación, como es el caso de los «55.000 desplazados internos que viven en los más de 50 asentamientos informales de Kabul, que temen la evacuación y la pérdida de sus jornales o de cualquier ingreso que tuvieran asegurado», dice Sandesh Gonsalves SJ, director nacional del JRS Afganistán.

Ahora, más que nunca, defender a los desplazados internos y sus necesidades es de vital importancia. El JRS se siente orgulloso de formar parte de la Campaña G20, una iniciativa de tres años que ofrece la oportunidad de reflexionar sobre las limitaciones del marco legal actual para los desplazados internos y exige una atención renovada a este vasto grupo de personas desplazadas.

El JRS también está haciendo el seguimiento de los avances del nuevo Panel de Alto Nivel (HLP) sobre el Desplazamiento Interno anunciado en octubre de 2019 por el Secretario General de la ONU, António Guterres. El Panel tiene la tarea de encontrar soluciones concretas a largo plazo al desplazamiento interno para que los Estados Miembros y las Naciones Unidas mejoren sus esfuerzos para ayudar a todos los afectados, tanto los desplazados como sus comunidades de acogida.

Como primer paso, el HLP está recabando respuestas de la sociedad civil sobre desafíos clave y buenas prácticas para ver cómo abordar las necesidades globales de los desplazados internos. El JRS presentó una serie de recomendaciones a partir de su amplia experiencia trabajando con desplazados internos, entre las que ha incluido fortalecer el derecho internacional que protege a los desplazados internos y la buena gobernanza; priorizar aquellos servicios que garanticen la seguridad y las necesidades básicas de los desplazados internos, ya sea en áreas urbanas, en campamentos o entornos similares; y centrarse en la construcción de la paz, la cohesión social y la reconciliación para desarrollar soluciones a largo plazo.

«Los gobiernos nacionales deben escuchar a aquellos que se han visto afectados por el desplazamiento interno, en particular las mujeres y los niños, e involucrarlos tanto como sea posible en la planificación de soluciones a largo plazo», dice Rosalyn Kayah, directora nacional del JRS Birmania.

Solo trabajando junto a los afectados por el desplazamiento y las organizaciones que les atienden, podremos avanzar en la respuesta a estos grandes desafíos y aprovechar la creciente voluntad política para desarrollar las tan necesarias soluciones a largo plazo.